Las verduras y legumbres, típicas de la huerta montisonense son parte fundamental de los platos del lugar. Las judías caparronas, las acelgas, los espárragos, las habas, los cardos y el arroz son algunos de los productos que se cultivaron en Monzón durante siglos y que se preparan en exquisitas combinaciones.
En Navidad, el cardo con bacalao y salsa de almendras es el plato más típico entre los habitantes de Monzón. El cordero, el ternasco y el conejo con arroz y salsa de almendras son otros de los platos más tradicionales.
Derivados del cerdo como las deliciosas tortetas blancas o negras -a estas además de la masa de harina, manteca, almendras, anís... se les añade sangre de cerdo-, las morcillas o las longanizas son algunas de las especialidades de la zona.
Las cerezas autóctonas o los empanadones y farinosos -dobladillos de almendra, de calabaza o de espinacas- constituyen un postre exquisito.