BIENVENIDO A MUNCHEN
BIENVENIDO A MUNCHEN
Baviera es el estado federal más grande de Alemania. Esta situado al sur de este país y su abundancia de encantos hace de él un atractivo lugar. Este microcosmos cuenta con castillos, bosques, gran numero de montañas, monumentos arquitectónicos, folklóricos, pueblos y ciudades con encanto propio y sus impresionantes Alpes. Munich es la ciudad más atractiva del sur. Sus anchas avenid ... Baviera es el estado federal más grande de Alemania. Esta situado al sur de este país y su abundancia de encantos hace de él un atractivo lugar. Este microcosmos cuenta con castillos, bosques, gran numero de montañas, monumentos arquitectónicos, folklóricos, pueblos y ciudades con encanto propio y sus impresionantes Alpes.Munich es la ciudad más atractiva del sur. Sus anchas avenidas arboladas, monumentos y museos hacen de ésta una parada obligada. La Ciudad Vieja se encuentra en el centro, con la plaza Marienplatz. Cerca de allí están los mejores monumentos de la ciudad. Hacia el norte está el Neues Rathaus, de estilo gótico, en el que suena un carillón con un curioso mecanismo. En la plaza está la Columna de la Virgen, que es la patrona de la ciudad. No lejos de allí se encuentran la Iglesia de San Pedro, el Mercado de Abastos, La Iglesia del Espíritu Santo, la Iglesia de Nuestra Señora y La Iglesia de San Miguel, un glosario de iglesias de diferentes estilos arquitectónicos. Otro monumento importante es la Fuente de Strauss, que se alza en memoria del genial compositor. No debemos olvidarnos de hacer una visita a la cervecería Hofbräuhaus.
Otras ciudades importantes de la región son: Augsburg, Würzburg, Bamberg, Nuremberg y Passau.
Los Alpes Bávaros, los Bosques Bávaros y sus lagos guardan numerosos rincones excepcionales, localidades con deliciosas blancas iglesias rurales, y estaciones de invierno famosas en toda Europa.Rutas típicas y recomendadas de Baviera (Bayern) Los Castillos de Luis II
Pobre rey Luis II, ¿qué mundo de cuerdos se atreve a llamarle “el Loco”?
Fue un mal rey por no querer llevar a su país a la guerra. Extravagante, por recorrer Baviera pidiendo perdón al pueblo cuando esa guerra inevitable se perdió. Irresponsable, por no ocuparse de dar un heredero a la corona. Homosexual, por preferir el genio de Richard Wagner a la mojigatería de su primita Sofía. Y derrochador... porque construyó tres castillos con dinero del Estado.
Si quedan dudas sobre su locura basta con acercarse hasta el lugar que eligió para levantar esos castillos. Una isla, un valle y una colina al borde de un lago; rodeados de bosques y de los picos nevados de los Alpes.
No hay visitante que dude en subir, a pie si es necesario, al puente colgante de María para contemplar el Castillo de Neuschwanstein desde lo alto. Una vez dentro del castillo hay algo que fascina mucho más que las cortinas de seda bordadas con hilos de plata, el mosaico del Salón del trono “sin trono”, la cama tallada durante catorce años en madera de caoba o la cocina basada en diseños de Leonardo da Vinci. El visitante mira, comenta, critica, compara. Pero hay algo en cada habitación con lo que realmente se deleita: las vistas desde cada ventana del castillo.
“El Loco”; a los bávaros les ofende este término como si fuese dirigido a ellos mismos. Dicen que arruinó el país, pero muchos viven hoy de los castillos y de la leyenda que rodea una muerte que es más rentable no esclarecer. Era buen nadador pero se ahogó en un lago donde el agua le llegaba a la cintura. Ya había sido apartado del trono por «demente» y vivía encerrado en el Castillo de Stanberg.
Otro atractivo que tienen los castillos de Luis II es que visto uno, no están vistos todos. Nada tienen en común unos con otros, salvo el propietario.
Neuschwanstein
Es una construcción inacabada sobre una roca. Parece mas el castillo de un cuento de hadas por sus almenas en el exterior y escaleras de caracol en el interior. Es el favorito de los gustos más extravagantes.
Linderhof
Es el elegido por los mas clásicos, pero sólo el palacio en sí, porque si recorremos los jardines y alcanzamos “la gruta” reconoceremos otra vez a su constructor. Quería una cueva con un lago en la que poder representar la ópera de Wagner “Lohengrin”. Pero no había lago, ni gruta, ni siquiera había montaña, así que todo es artificial, empezando por el montículo en el que se excavó y terminando por las estalactitas y estalagmitas que rodean un trono para el único espectador.
Chiemsee
es el mas fino, con mejor gusto, el mas elegante y entonado con sus jardines. Al fin y al cabo es una copia en miniatura del palacio y los jardines de Versalles, pues Luis II sentía auténtica fascinación por el “Rey Sol”, por lo menos en su faceta constructora.
Detrás de los castillos queda mucha Ruta Romántica, pero ya no más en Alemania. Están muy cerca de la frontera con Austria. Tanto que uno mira a su alrededor y no sabe a qué país pertenecen unas u otras montañas El recuerdo del rey nos acompaña mientras estemos en el corazón de los Alpes y contemplando estos parajes, antes o después nos asalta a todos la misma pregunta: ¿porqué decían que estaba tan loco?
HACIA LOS ALPES
Por la Ruta Romántica
La que en el siglo pasado fue denominada “Ruta romántica” es la carretera turística más antigua y más famosa de Alemania.
Se trata de un recorrido por pequeñas ciudades medievales, muchas de ellas en otro tiempo ciudades imperiales libres, que conservan sus antiguas murallas, sus casas de entramado de madera y grandes tesoros artísticos. La región es conocida como la “Campiña de la Virgen”, por la cantidad de iglesias, capillas en los prados y estatuas sagradas, que se mezclan con una naturaleza casi intacta.
Parece increíble que en pueblos tan pequeños encontremos castillos, monasterios y residencias de tanta importancia, pero si nos trasladamos a la Edad Media veremos que esta ruta era entonces una importante vía comercial, que coincidía además, a partir de Augsburg, con la “Vía Claudia”, una carretera militar romana, que unía la ciudad de Augusto con Roma. Por esta razón la ruta fue elegida por numerosos príncipes y obispos para construir sus fortalezas y palacios.
La destrucción sufrida por los conflictos religiosos del siglo XVII es la principal razón de por qué en Alemania es tan difícil encontrar construcciones originales anteriores al Renacimiento. Cuando el país empezaba a recuperarse y la iglesia volvía a tener un gran poder, se construyeron numerosas abadías, iglesias y residencias pero ya en el estilo barroco y aquí en el sur con una significativa influencia italiana.
Si se tiene la oportunidad de recorrer esta ruta en verano, es el momento para coincidir con algunas de las fiestas locales que recuerdan sus victorias en la Guerra de Treinta Años. Estos pequeños pueblos se transforman en escenarios de teatro al aire libre. Los actores son los propios ciudadanos y el guión es comer, beber, cantar y bailar al estilo de la Edad Media. Cada uno ataviado con la ropa que corresponda a su papel, unos tienen que hacer de buenos y otros...de suecos.
La Ruta romántica comienza en la ciudad de Würzburg a orillas del Main y continua a través de 25 localidades más, pasando por Rothenburg, en el valle del Tauber y por Augsburg, junto al Danubio hasta llegar a los Alpes cuyas montañas esconden los palacios y castillos del rey Luis II de Baviera.