La tala ha reducido considerablemente la extensión de los bosques de Nueva Zelanda pero, a pesar de todo, todavía pueden contemplarse más de seis millones de hectáreas de bosques de pinos kauri, rimu y totara, que a veces sobrepasan alturas de más de 35 metros. También en la Isla del Sur hay extensas selvas de hayas y abundan los helechos, como el pohutukawa de flor escarlata y el kowhai amarillo intenso. El helecho plateado es un símbolo nacional.
La vegetación de esta isla constituye una mezcla variopinta de especies propias del clima templado; es decir, las grandes y exuberantes plantas tropicales que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. No hay que olvidar, no obstante, que Nueva Zelanda posee bosques autóctonos de hoja perenne, de los que derivan algunas de las especies vegetales más antiguas conocidas en el planeta.
Fauna
En lo que se refiere a la fauna de este país, destaca especialmente el tuatara, un lagarto o especie de dinosaurio moderno de unos 60 centímetros, que habita algunas islas cercanas a la costa. Es la única especie superviviente de una familia de reptiles que se extinguió hace más de cien millones de años.
Por otra parte, el único mamífero nativo es el murciélago. En contraste, la diversidad de aves es apabullante (unas 300), debido al largo aislamiento de las islas, que ha dado a estas especies la oportunidad de reproducirse sin ningún peligro. Sin embargo, la mayoría de ellas son incapaces de volar, por lo que vienen a ocupar el lugar de los mamíferos en la tierra. El kiwi, el pájaro nacional, convive con el tui o pájaro pastor, el weka (gallina silvestre) y el kakapo (lechuza-loro).