Los romanos supieron ver y aprovechar el rico caudal subterráneo de aguas calientes que la región de Orense tenía. No tardarón mucho tiempo en instalarse allí y crear una ciudad llena de puentes y acueductos para la canalización de estas aguas, de ahí el término "auriense". Pronto, la ciudad se convertiría en un gran centro de población que siuió avanzando hasta convertirse en una de las regiones más pobladas y modernas de la Porvincia.