Akrai, de la que desciende la actual ciudad, fue la primera colonia fundada por Siracusa (664 a.C.) durante su expansión hacia el interior de la isla.
Era una importante estación de control en la llamada Vía Selinuntina, que comunicaba Siracusa con las ciudades de la costa meriodinal.
Existen noticias de esta ciudad hasta la época romana y bizantina, y probablemente fuera destruida por los Árabe ... Akrai, de la que desciende la actual ciudad, fue la primera colonia fundada por Siracusa (664 a.C.) durante su expansión hacia el interior de la isla.
Era una importante estación de control en la llamada Vía Selinuntina, que comunicaba Siracusa con las ciudades de la costa meriodinal.
Existen noticias de esta ciudad hasta la época romana y bizantina, y probablemente fuera destruida por los Árabes.
Las primeras noticias de la actual Palazzolo se remontan al siglo XII, cuando se desarrolló un centro alrededor de un castillo normando que ya no existe. La expansión de la pequeña ciudad medieval se interrumpió a causa de un terremoto, después del que, sin embargo, Palazzolo fue reconstruida y ensanchada. A esta reconstrucción se remonta la Iglesia de San Pablo, con una interesante fachada precedida por un pórtico, rica en decoraciones y estatuas, y la Iglesia de la Annunziata. Ésta es una de las más antiguas de la ciudad. Particularmente interesante es la fachada, decorada con un portal barroco con columnas salomónicas y decoraciones de piedra. En su interior se halla el altar mayor con taraceas de mármol muy bien conservado.
La zona arqueológica de Akrai se encuentra cercana al centro urbano. Las partes hasta ahora conocidas se refieren al período helenístico y tardo imperial, aunque subsisten algunos restos aún más antiguos.
Las excavaciones han devuelto a la luz la platea principal, que comunicaba las dos puertas mayores de la ciudad (la siracusana y la selinuntina) y el pequeño teatro, que se conserva todavía muy bien y se utiliza para representaciones.
Cercano, se encuentra el bouleuterion (lugar de reunión) y las dos latomias de la Intagliata y de la Intagliatella, en las que se practicaba el culto a los muertos y utilizadas más trade, en la edad llamada Paleocristiana, como habitaciones y como panteón.
También la latomia llamada de los tiempos ferales, en la parte oriental de la colina, era frecuentada para el culto a los muertos-héroes.
Cerca de las latomias, en la colina que domina el teatro, se ven los cimientos de un templo arcaico dedicado a Afrodita. No muy lejos, en el barrio Santicello, se hallan los Santones, 12 esculturas rupestres muy dañadas, esculpidas dentro de unos nichos en la roca. Se relacionan con el culto de la Magna Mater Cibele, y representan a la misma diosa sentada con tres leones o en compañía de otros personajes de difícil identificación.
El complejo, el más ancho y completo llegado hasta nosotros, se remonta al siglo III a.C.
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