Los dakota eran sioux que habitaron estos lugares desde el siglo XVIII (tras ser expulsados de la región de los Grandes Lagos).
En las praderas que rodean esta ciudad tuvieron lugar algunas trascendentes batallas entre indios y tropas estatales. Aunque los sioux fueron capaces de lograr la derrota del ejército en una ocasión, se vieron recluidos en reservas: en la actualidad existen seis en el estado. No obstante, los sioux tuvieron que marcharse de las colinas de donde se extrae el oro y su situación ha sido de abandono y discriminación (hasta los años 40 del siglo XX estaba prohibida su lengua, el lakota).
Los primeros europeos que dejaron su huella en este lugar fueron los hermanos franceses Verendrye, quienes en 1743 enterraron una placa para marcar un territorio que reclamaron para su rey.