El origen de la ciudad de Plasencia es todavía un misterio. Los historiadores no se ponen de acuerdo para datar su fundación. Quizás descendiera de Ambracia, nombre latino que designaba a un antiguo asentamiento romano. Plasencia formó parte de los destinos que configuraban la famosa Ruta de la Plata que unía el norte y sur de España en esa época. Lo que sí se sabe es que fue fundada por Alfonso VIII de Castilla en el año 1198 y la denominó Ambroz. En su origen esta localidad tuvo un fin defensivo, pues contaba con un recinto amurallado compuesto por setenta torres y ocho puertas de acceso. Se convirtió en condado en el siglo XV cuando pasó a manos de Pedro Zúñiga, aunque volvió a ser ciudad de realengo a finales de este siglo cuando pasó a pertencer a los Reyes Católicos. A partir de esta época numerosos nobles instalaron sus residencias en estas tierras, muestra de ello son las numerosas casas palaciegas que todavía se pueden admirar repartidas por la localidad. En la actualidad, Plasencia es una ciudad que mantiene vivas sus raíces y tradiciones, pero que mira hacia el futuro con entusiásmo.