Staré Mêsto

Esta zona no es muy grande, pero en ella se reúnen muchos de los monumentos para visitar de Praga. Un eje de calles cruza la Ciudad Vieja y forma el conocido como Camino Real (Králová Cesta), ya que por él iban los reyes de Bohemia con sus cortejos cuando se coronaban. Tiene unos 3 km desde el la Torre de la Pólvora hasta el Hrad, pasando por el Puente Carlos y Malá Strana. En estas calles se construyeron poco a poco los palacios más importantes de la ciudad, encontrándose actualmente abarrotadas de turistas. Es tal la masificación, que a veces es aconsejable meterse por callejuelas laterales o patios menos visitados, donde también se encontrará el viajero con tiendas y rincones peculiares.
Plaza de la Ciudad Vieja:
La calle Celetná cuenta con unas cuantas casas históricas, como la Casa de la Virgen de Piedra, decorada con murales que representan a San Wenceslao. La Casa del Cordero de Piedra, de estilo renacentista, recibe este nombre por una marca del siglo XVI que hay en ella. La Casa de la Farmacia del Unicornio tiene una fachada barroca y han pasado por ella personajes como Kafka o Einstein. Siguiendo por esa misma calle, se puede visitar el Museo de la Tortura, con horario de 10:00 a 22:00 h, todos los días. En él se enseñan aparatos de tortura medievales de distintos países europeos.
Esta Plaza es muy amplia, ya que después de la guerra el ala del Ayuntamiento fue destruida y la Iglesia de San Nicolás se integró en ella. La plaza era el lugar de emplazamiento de un mercado desde el siglo XIII, siendo con el devenir de los años escenario de momentos clave de la historia checa, como por ejemplo la ejecución de los 27 nobles bohemios en 1621, como líderes del movimiento husita. Fueron decapitados y sus cabezas se colgaron en el Puente Carlos durante diez años para servir de ejemplo. En el centro de la Plaza se colocó en 1915 un monumento en recuerdo de Jan Hus, conmemorando el quinto centenario de la muerte de este personaje reformador, condenado a la hoguera por su enfrentamiento con la Iglesia Católica.

Si se mira al suelo de adoquines de la Plaza, se puede observar el llamado Meridiano de Praga, que hasta el año 1918 marcaba la sombra de mediodía gracias a una columna de la Virgen que se erigió en 1650 por Fernando III. Cuando se proclamó la República Checoslovaca en 1918, se destruyó la estatua, ya que era un símbolo del dominio de la dinastía Habsburgo.

La Casa del Unicornio Blanco alberga en sus bajos la Galerie U Bílého Jednorozce, que se puede visitar de 10:00 a 18:00 h. Con unos soportales como separación, encontramos la Casa de la Campana de Piedra, edificio de origen gótico en el que vivió la madre de Carlos IV, la princesa Eliska.

Callejón Týnská y Patio del Týn:

El callejón Týnská Ulice se encuentra entre la Casa de la Campana de Piedra y los soportales de la escuela del Týn. Una de las casas más conocidas de esta zona es la del Ciervo Negro, lugar de nacimiento del pintor Karel Scretá (1610-1674), que creó muchas de las obras pictóricas de las iglesias de Praga. La Casa del Anillo Dorado se encuentra en una esquina cerca de la entrada al patio del Týn, una vez rebasada la portada norte de la iglesia. Se trata de una construcción gótica del siglo XIII que actualmente alberga un museo de arte checo del siglo XX, como parte de la Galería Nacional.

Los patios de las aduanas del Týn, que como antes se ha mencionado servían para almacenar las mercancías mientras se pagaban impuestos, han pasado por una reconstrucción completa que los ha convertido en una terraza de gran tamaño con muchos restaurantes. La Casa Granovsky, que era propiedad de una familia que controlaba la aduana, es probablemente el edificio más significativo de esta parte del barrio, con su fachada renacentista en tonos oscuros.
A la Iglesia de Santiago, (Kostel Sv. Jakuba), se llega yendo por detrás del patio. Se trataba del antiguo templo del gremio de los carniceros, que en este barrio tenían una calle con su nombre. Este gremio participó en los enfrentamientos con los husitas, defendiendo la iglesia con los utensilios propios de su oficio. La acústica del lugar es tan buena que suelen llevarse a cabo conciertos en él. En la parte norte del crucero, que fue un convento de franciscanos en otro tiempo, se encuentra hoy la Escuela de Arte. Como detalle curioso aunque macabro, en la parte derecha de la entrada cuelga de una cadena el brazo momificado de un ladrón sacrílego