Pocos lugares en el Caribe igualan a San Juan en cuanto a vida nocturna. Su capital ofrece una animación muy latina, con casinos, espectáculos, música y mucha salsa. Pero también cabe en la noche puertorriqueña la agradable conversación en una terraza o en un café. El puertorriqueño es alegre y noctámbulo por naturaleza y, aunque sin el ajetreo de San Juan, en cualquier pueblo de la isla podrá ver cómo la gente se reúne en las plazas para cantar o tomar unos traguitos de ron.
Hay numerosos locales especializados donde se escucha la salsa, la música por excelencia de la isla. Uno de los más famosos es El Escambrón Beach Club, donde tocan los grupos más famosos.