La presencia humana en Murcia data, al menos, de hace un millón quinientos mil años. Es a partir del hombre de Neanderthal cuando empiezan a surgir los primeros asentamientos humanos. Después la Edad del Hierro y la cultura del Argar son las que toman mayor relevancia, junto con el periodo ibérico. Fue morada de fenicios, griegos, bizantinos, visigodos y cartaginenses que lucharán por el territorio con los moradores autóctonos. La etapa romana duraría seiscientos años, serán ellos los que potencien las comunicaciones de la zona, las explotaciones de las minas y los que sentaran las bases del aprovechamiento agrícola. A principios del siglo VIII invadirán los árabes la península y comenzará la etapa de mayor prosperidad económica para Murcia, de esta etapa es de la que menos huellas han perdurado hasta la actualidad, a pesar de ser la que más influencia ejercería en la zona. Pero los problemas internos provocarán la división de los diferentes Reinos de Taifas y pronto caerán bajo el vasallaje de los reyes castellanos, en 1243. Con ello se renegó de la tradición árabe y comenzaron a desarrollarse las estructuras gremiales, posteriormente se produce una progresiva recuperación económica que después de otra crisis posterior, marcada por grandes sequías y plagas, dará paso al barroco murciano, del que perduran hermosas muestras en muchos edificios religiosos. Entonces acudirán gentes de otras provincias, centrando los mayores focos de población en Cartagena y la Unión. A medidos del siglo XIX sufrirá una nueva crisis de la que se irá abriendo paso y tras la Guerra Civil se afrontarán nuevos cambios económicos y sociales que han posibilitado su integración hacia el futuro.