El chile es uno de los ingredientes básicos de la cocina criolla de Nuevo Méjico. Fue introducido por los primeros colonos españoles que llegaron a la región, a finales del siglo XVI. Hoy en día, Nuevo Méjico es el primer estado de la Unión en lo que a producción de Chile se refiere. Su importancia es tal que los legisladores le han dado el rango de "cuestión de estado". El chile que crece en Nuevo Méjico, denominado Numex, es largo y verde, aunque se torna rojo cuando se seca. De entre sus variedades, cabe mencionar el jalapeño, un chile muy picante, menudo y redondo, que se suele emplear en la elaboración de salsas; el poblano, mulato o ancho, más pequeño y redondo que el Numex, y normalmente se sirve relleno; o el habeñero, el más picante y ardiente. La salsa de chile, que acompaña a la mayor parte de los platos en Nuevo Méjico, está compuesta casi en su totalidad por este fruto. Tan solo se le añade un poco de harina disuelta en agua, ajo y sal.