El Alcázar sevillano es uno de los símbolos españoles vinculados a la Conquista de las Américas, pues aquí acudían aquellos aventureros que salían a cruzar los mares para realizar la cristianización del Nuevo Mundo a la par que buscaban riquezas. Hoy en día, sigue siendo la Residencia Real de la Corona española en la ciudad andaluza y conservan parte de ese aire literario de las "Mil y una Noches".

Por la Puerta de León se accede al antiguo alcázar que ya existía en tiempo de Fernando III, cuando entró en la ciudad en 1248. Pedro I el Cruel o el Justiciero, lo convirtió en el palacio real que es en la actualidad, a pesar de haber sufrido reformas durante el siglo XVI. Sin embargo, la construcción del Alcázar musulmán es mucho anterior, pues sus comienzos se remontan al 712. Dos siglos más tarde Abd-Al-Rahman II lo convirtió en la residencia real. De este siglo se conserva uno de los muros, el que discurre entre la Plaza del Triunfo y el Barrio de Santa Cruz. El Patio del Crucio y el Patio del Yeso son de la época almohade. El resto de la construcción pertenece al siglo XIV, época de Pedro I aunque los arquitectos escogidos fueran árabes - del Reino Nazarí de Granada- de ahí su impronta mudéjar. La mayoría de los jardines datan del reinado de Carlos V.

Patios y Jardines Los jardines que rodean el palacio son, en su mayoría, renacentistas. Sus usos han sido muy diversos pues en varias ocasiones sirvieron como plazas de toros. Presentan nombres tan curiosos como "Jardín del Grutesco", "Jardín de la Danza", "Jardín del Laberinto", etc. También se conservan jardines árabes como el de la Galera y la Gruta y modernistas como los jardines de Murillo. Todos ellos están salpicados con esculturas y otras pequeñas obras de arte. Son muchas las leyendas que cuentan sobre ellos, como que María de Padilla se bañaba en los baños que aquí se encuentran y que sus enamorados se bebían el agua después. El Patio de la Montería, al que se accede por el Patio de los Leones, es uno de los mejores ejemplos de arte mudéjar conservados en la península. El Patio de las Doncellas, también mudéjar, se acerca mucho al estilo de los patios granadinos. Dividido en dos cuerpos rodeados de galerías formadas por arcos de herradura sobre columnas, el fuerte contraste entre el piso superior y el inferior se debe a que el primero, es un añadido renacentista. Cuenta la leyenda que Pedro I el Cruel asesinó a su hermano Fadrique, en el año 1358, en el Patio de las Muñecas, conocido así porque era la habitación de juegos de su hija. La historia trágica no acaba aquí pues fue el lugar de la muerte violenta del entonces visir de Granada, Abu Said cuando venía a traerles rubíes de regalo al Rey. Edificio Principal De las estancias interiores, destaca el Salo del Almirante que recibe el nombre de Cristóbal Colón ya que funcionaba a manera de oficina para los conquistadores que salían hacia las Indias. La Capilla de los Navegantes - conocida también como la Sala de Audiencia- tenía una utilidad parecida. De ella, destaca el impresionante artesonado de la cubierta. Aquí se encuentra uno de los mejores ejemplos de la pintura de Alejo Fernández, "La Virgen de los Mareantes", en ella aparecen los hermanos Pinzón, Carlos I y por supuesto, Cristóbal Colón. Destaca la colección de maquetas de barcos y algunas representaciones de los nativos americanos dando gracias por haber encontrado "la gracia de Dios". Ambos salones constituyen un ejemplo de lo que significó la conquista para los españoles, como se vivió, que ideología tuvo y, así mismo, la riquezas que trajo consigo. El Salón de los Embajadores es conocido como "El Salón de la Media Naranja" debido a su curiosa techumbre. Es uno de los salones más hermosos de todo el edificio, gracias a los arcos de medio punto sobre columnas construidos según el modelo de la rica Medina Azahara. Carlos V añadió los balcones y las pinturas con escenas reales para celebrar su matrimonio con Isabel de Portugal. Pero la suntuosidad del palacio no se limita solo a las salas principales, desde los vestíbulos cubiertos de madera hasta la última de las habitaciones cuenta con una riqueza y una decoración impresionante, propia de una corona real que se siente poderosa. El Salón de Carlos V era uno de los dormitorios reales donde los monarcas solían pasar las calurosas noches de verano, en la planta baja del edificio, siguiendo las costumbres árabes. Continúo a él, la bella estancia de María Padilla. Felipe II fue el que mandó construir la austera sala de estar donde solía pasar sus horas sevillanas. ---------------------

Reales Alcázares Plaza del Triunfo, s/n Sevilla

Reales Alcázares Plaza del Triunfo, s/n Sevilla

Reales Alcázares Plaza del Triunfo, s/n Sevilla

Horários: Entre abril y septiembre abre de 9:30 h a 20:00 h. De lunes a viernes de 9:00 h. a 12:45 h. y de 15:00 h. a 17:30 h, en invierno.