Mientras que Little India es memorable por sus fragancias, son los colores vibrantes de las tiendas del Barrio Árabe los que quedan en la memoria.
Las tiendas textiles y puntos de venta que venden alfombras persas son las más destacadas, pero también se podrá ver cuero, perfumes, joyas y cestas en venta.
Es fácil pasar un par de horas entrando y saliendo de las tiendas, sin embargo no será extraño que algunos comerciantes viejos para atraerlo a la conversación y, antes de darse cuenta, le cargaran con telas, cestas y bolsos de cuero.
El asentamiento de esta comunidad se remonta después de firmar su dudoso tratado con el recién instalado "Sultán" Hussein Mohammed Shah, Raffles asignó el área al sultán y designó la tierra circundante como un asentamiento musulmán.
Pronto la zona atraía a los malayos, los javaneses y gente procedente de Sumatra, así como a comerciantes originarios del este de Yemen, y el área ahora se conoce comúnmente como Arab Street los cuales llegaron a habitar esta zona.
Hoy en día, la comunidad árabe de Singapur, descendiente de aquellos comerciantes yemeníes, se cree que suman alrededor de quince mil personas, sin embargo, habiéndose casado con el resto de la sociedad de Singapur y residiendo en un área en particular, no se distinguen mucho por su apariencia física.
Al igual que Little India, el área sigue siendo uno de los lugares más atmosféricos y cosmopolitas de Singapur, a pesar de que su carácter islámico se ha diluido a lo largo de los años.
Ahora es la naturaleza ecléctica del lugar lo que atrae a este lugar: se puede visitar la Mezquita del Sultán, poder comprar telas tradicionales en sus tiendas y poder comer curry en sus impetuosos restaurantes de Oriente Medio además de haber una amplia variedad de boutiques alternativas y tiendas que venden artesanías y curiosidades.