Existen vestigios arqueológicos que confirman que estas tierras estuvieron ocupadas por un grupo de Sículos que se establecieron en la cumbre de una colina frente al mar. Los habitantes de Naxos, destruida en el siglo V a. C., se refugiaron en la antigua urbe de Tauromenion. Después fue conquistada por griegos, romanos y árabes. Su época de mayor apogeo fue el siglo XIX cuando Goethe proclamó por toda Europa las bellezas y tesoros de Taormina.