El Castillo de Guadamur es una fortaleza reconstruida del siglo XV ubicada en el pequeño pueblo del mismo nombre en el corazón de España. Este poblado no supera las dos mil personas, pero cada año acuden aquí un gran número de turistas para admirar el antiguo castillo, que recuerda más a un lujoso palacio con un estilo morisco parecido al de los cuentos árabes que a una fortificación de la Europa Medieval. Desde Toledo, el centro administrativo de la provincia, la fortaleza y la ciudad están a solo 13 km
Situado en una colina en el extremo oriental de la ciudad, el castillo tiene forma cuadrada con torres de vigilancia en las esquinas. Lo que hace que parezca que se eleva sobre las tierras circundantes, donde la gente se ha asentado desde tiempos inmemoriales. El asentamiento en el sitio de la actual Guadamura fue fundado incluso antes de la llegada de los romanos, y los hallazgos arqueológicos dan fe de su presencia en la ciudad y sus alrededores.
El castillo se construyó en 3 niveles y está protegido por muros. Solía haber un foso con agua alrededor del castillo, y la única manera de llegar allí era usando un puente levadizo.
Durante varios siglos, musulmanes y cristianos libraron guerras por estas tierras, hasta que, finalmente, en el siglo XII, los cristianos tomaron la zona. Desde el siglo XIII hasta el XV, Guadamour, como todas las demás ciudades de la Región de Toledo, hubo levantamientos de campesinos, guerras religiosas y pestes, pero aun así sobrevivió la población.
El conde era pariente lejano de la familia Ayala y descendiente de una antigua familia catalana, y con el apoyo de su familia, decidió restaurar Guadamur en todo su esplendor, devolviendo la fortaleza a la forma en que brillaba en el siglo XV. Los muros y torres llevan grabados los escudos de la familia López de Ayala en varios lugares. En un tiempo estuvo temporalmente habitada por figuras prominentes: los consortes Felipe el Hermoso y Juana la Loca, el emperador Carlos V y la princesa de Eboli, encarcelada aquí por orden de Felipe II como prisionera. En 1808 y 1809, durante las guerras napoleónicas, las tropas francesas se asentaron en el castillo, pero según los registros del cura local, lo dejaron en buen estado. Sin embargo, el castillo permaneció desolado durante muchos años y se derrumbó gradualmente, hasta que en 1887 fue restaurado por el Conde Asalto, que lo compró a la ciudad. Posteriormente, el castillo fue nuevamente dañado, en 1936, durante la guerra civil, pero fue reconstruido nuevamente. Finalmente, en 1964, el castillo de Guadamour fue declarado monumento histórico y quedó bajo protección estatal.
Los apartamentos, arreglados al estilo español, contienen finos muebles de la época. Actualmente el castillo no está abierto al público en general, pero sin duda es agradable caminar en sus afueras para poder contemplarlo.

Dirección: Calle Jorge Manrique, 6, 45160 Guadamur, Toledo, España