El Castillo de Guadalerzas se encuentra en las cercanías de la ciudad de Toledo en una colina en un valle rural, al noroeste de la ciudad de Urda.
La primera fortificación en este valle fue construida durante la era islámica. Controlaba un paso a través de las montañas que conducía al sur de Córdoba. En el siglo XII la zona fue conquistada por Alfonso VI de León y Castilla y el castillo musulmán cayó en manos cristianas. La zona pasó a ser gobernada por la Orden de Calatrava. Como el antiguo castillo musulmán se consideró demasiado débil, se construyó un nuevo castillo en una colina más al este: el Castillo de Guadalerzas. Cuando el nuevo castillo se terminó en 1178, la antigua fortificación árabe fue abandonada. Debido a su ubicación cerca de la frontera, el Castillo de Guadalerzas fue utilizado como hospital por 3 órdenes; la de Calatrava, la de los Templarios y la de los Caballeros Hospitalarios.
En 1195, tras la batalla de Alarcos, los musulmanes recuperaron el control de la zona y del Castillo de Guadalerzas. En 1212, tras la Batalla de las Navas de Tolosa, el castillo volvió definitivamente a manos cristianas. Aunque la frontera se había desplazado hacia el sur, seguía siendo utilizado como hospital. En los siglos posteriores fue perdiendo gradualmente su importancia militar.
El Castillo de Guadalerzas fue vendido al cardenal Juan Martínez Silíceo en 1572 por Felipe II de España. El cardenal lo convirtió en un colegio para niñas de ascendencia noble.
Tras la desamortización de Mendizábal en la década de 1830 el castillo fue vendido a un particular que lo convirtió en residencia y casa de trabajo. A finales de ese siglo fue abandonado.
En la actualidad el Castillo de Guadalerzas es propiedad privada. Su interior está cerrado, lo cual es una lástima. Se tarda unos 20 minutos a pie por terrenos privados desde la carretera más cercana y el paisaje que lo rodea es muy romántico.

Dirección: 45489, Toledo, España