A lo largo de los siglos, el Puente de Alcántara sigue dando la bienvenida a los visitantes de Toledo, que se esfuerzan por llegar a una de las ciudades museo más hermosas y la antigua capital de la España unida.
En Toledo, a los pies del Castillo de San Servando, junto a la puerta de la fortaleza, se encuentra el famoso Puente de Alcántara sobre el río Tajo. "Al-Qantara", traducido del árabe, que significa "puente".
Este antiguo puente guarda la memoria de los tiempos de Roma. El viaducto con pilares tradicionales en forma de arcos de medio punto fue construido por orden del emperador Trajano hacia el 104 d.C., como entrada a la puerta principal de la ciudad. En el año 886, los musulmanes erigieron un verdadero puente en este sitio, que hasta el siglo XIII era el único en el camino de los peregrinos a Toledo. En 1257, una fuerte inundación arrasó el puente. Durante el reinado del rey Alfonso X, se reconstruyó el Puente de Alcántara. Siendo el actual que vemos hoy.
La Reconquista y otras guerras no pasaron por alto ni a Toledo ni, en consecuencia, a su camino principal, que proporcionaba un acceso a la ciudad. El Puente de Alcántara fue reconstruido en diferentes momentos, tanto en partes como en su conjunto. En 1921, esta antigua estructura fue declarada oficialmente Monumento Nacional. Después de muchos siglos, el puente sigue dando la bienvenida a los visitantes de Toledo, que invariablemente se esfuerzan por visitar una de las ciudades-museo más bellas, que alguna vez tuvo el estatus de capital de una España unida. El puente ofrece una impresionante vista de la ciudad, que se eleva desde el río en empinadas laderas y termina en las murallas del Alcázar.