Uno de los trabajos más típicos de Toledo son los damasquinados: incrustaciones de oro y plata sobre otros metales y que se aplican a platos, objetos de adorno personal, etc.
Son famosas las armaduras y espadas que se destinan, en su mayor parte, al turismo aunque los fabricantes toledanos tienen también como clientes a ejércitos de otros países. En época romana ya se hablaba de los aceros toledanos. En la Edad Media y el Renacimiento alcanzaron su mayor renombre. Carlos III concedió a la ciudad la Real Fábrica de Armas.
Otro de los productos más famosos de la provincia son las cerámicas de Talavera de la Reina y de Puente del Arzobispo. Sus vivos colores y tradicionales motivos decoran vasijas, platos, baldosas y todo tipo de objetos.
La alfarería se trabaja en Ocaña, Consuegra, Cuerva... En la capital es conocida la cerámica de cuerda seca.
En madera encontramos obras de gran calidad en Sonseca, San Pablo de los Montes, Gálvez.... En Ocaña, Villarrubia de Santiago y Quintanar de la Orden se hacen toneles.
Son conocidos los trajes típicos de Lagartera, así como los bordados, deshilados y encajes de la provincia de la Jara, en general.
Merece destacarse la altísima calidad alcanzada en los objetos de cuero realizados en talleres de Ventas con Peña Aquilera, San Pablo de los Montes, Polán, Los Yébenes....
También se realizan trabajos de cantería, taxidermia, hojalatería, cincelado, forja...
Vinos de Toledo Son excelentes los vinos producidos en Méntrida, Yepes, Quintanar, Ocaña, Malpica de Tajo...
La Denominación de Origen de Méntrida producen vinos rosados, tintos y tintos de dobles pastas. Los rosados son equilibrados, afrutados y coloridos. Los tintos, granates y cálidos.