La gastronomía tunecina es muy rica y variada y cuenta con especialidades de diversos orígenes resultado de los distintos pueblos que la han ocupado, como los beréberes, andaluces, persas, turcos y egipcios por lo que sus platos y sabores son únicos y deliciosos.
En los numerosos establecimientos que se encuentran al pasear por las calles de las principales poblaciones, seguramente en el menú se pueda degustar el cassecroufe, un pan blanco árabe relleno de harissa, aceitunas verdes y negras, alcaparras, atún y lechuga. Para abrir el apetito, lo mejor es empezar con algún kémia, nombre que se da a los aperitivos y tapas típicas del país, los hay de pescaditos fritos, huevo duro, de habas calientes con cominos, anchoas o atún o un delicioso Slatit blanquit, un bocadillo de atún con aceitunas, alcaparras y queso. Si se prefiere empezar a comer algo más fuerte lo mejor es probar una Merguez, que es una deliciosa salchicha de cordero preparada a la brasa. Los briks son otro rico platillo el cual es una especie de empanada que se prepara con harina, conocida como maluska, en forma de hojaldre fino, que se fríe en aceite de oliva y se rellena de carne picada, pollo, marisco o atún, sirviéndose caliente con rodajas de limón.
Una verdadera delicia es probar los populares Dedos de Fátima, rellenos de carne y verduras. Entre buenas y variadas ensaladas, que se preparan con todo tipo de ingredientes, sobresalen, la Ensalada Mechuia, preparadas a partir de tomates, pimientos dulces y picantes, cebolla, ajos, todo ello bien troceado y asado regado con aceite de oliva, sal, pimienta, zumo de limón y añadiéndole después aceitunas, alcaparras, atún y huevo duro picado.
En cuanto a los platos fuertes, el más típico es el Cuscús, el plato nacional por excelencia en todos los países árabes. La base es la sémola de trigo duro que se cuece al vapor en una olla especial a la que se agregan trozos de carne de cordero, de vaca, pollo o incluso pescado, verduras y legumbres. Se sirve con una salsa más o menos picante según el gusto del comensal.
También, se pueden probar los sabrosos Mechoui, los cuales son unos pinchitos de carne de cordero o cabrito y, también mixtos. Si se prefiere se pueden tomar Meloukhia, carne de cordero estofada en aceite de oliva, a la que se añade una deliciosa salsa verde, el cual causa un verdadero placer. En guisos destaca la Kamunia, compuesto de trozos de carne e hígado, preparados con una rica salsa espesa y condimentada con cominos.
Para finalizar nada mejor que un delicioso Cordero a la menta o unas Gambas a la kerkenesa, cocidas en salsa de tomate. Sin olvidarse de degustar las Chakchukas y las Tbiklas platos a base de tomates, pimientos, cebolla y huevo frito y carne. Es conveniente recordar que el pescado es muy fresco y de una inmejorable calidad. En algunos lugares se puede tomar el Poisson Complet que no es otra cosa que el pescado acompañado de un huevo frito.
En cuanto a postres, se destacan los Baklawas, pasteles a base de miel, frutos secos, azúcar, mantequilla salada, huevos, aceite, almendras y agua de geranio, entre otros ingredientes, el Bouza es un postre típico, similar a las natillas hecho a base de sorgo, avellanas, semillas de sésamo, leche y azúcar, el Makrouhd, pastel de sémola y miel relleno de dátiles o almendras y frito en aceite, o bien, cocido al horno, los Dátiles rellenos con pasta de almendra y la Ghrayba, que es un pastel a base de harina de garbanzos, mantequilla salada y azúcar.
Para beber se puede probar un delicioso zumo de fruta, preparado en alguna pastelería, los hay de limón, naranja, fresa, zanahoria y la orgeat, una bebida dulce a base de almendras. Otra alternativa es la Lait de Poule, preparada con huevos, plátano y leche. Los siropes de granadina o menta resultan muy buenos combinados con Boga, la gaseosa nacional.
No se debe dejar de probar los excelentes y variados vinos tunecinos ya sean blancos, rosados o tintos. Entre las diversas marcas destacan los Coteux de Utique, Blanc de Blanc. Les Coteaux de Teborka: Magnon, Koudiat, Clariet de Bizerte. Existen también vinos espumosos como el Tardi o el Cordon vert de Thibar.
En lo referente a aperitivos se recomienda el Kina Thibar y Muscat sec de Kilibia. Para después de comer nada mejor que probar el aguardiente de higos Boukha y le Thibarine, un delicioso licor digestivo realizado con dátiles y plantas aromáticas, es muy parecido al orujo. Los dos tienen unos 40 grados.