Tracios y romanos se asentaron en estos territorios, seguidos por los eslavos, que llegaron aquí en el siglo VII. A principios del siglo XII la ciudad se convierte en la capital del II Imperio Búlgaro, y durante los dos siguientes siglos vivió una época de esplendor cultural y económico, atrayendo a estudiantes serbios y rusos. Los turcos también llegaron aquí, y Veliko no volvió a emerger hasta el siglo XIX. En la actualidad es otra vez una importante ciudad universitaria.