Arquitectura
Desafortunadamente, Venezuela, es uno de los pocos países de América Latina, que carece de la tradición artística precolombina de otros países. En el periodo colonial prevalecieron las variantes arquitectónicas europeas de la época y durante el siglo XVII se construyeron diversos edificios barrocos de los que quedan pocas muestras, como es el caso de la Catedral, el Templo de San Francisco y la Candelaria en Caracas.
En cuanto a las edificaciones coloniales de carácter civil, se diseñaron de acuerdo a los patrones importados de Andalucía, es decir, portales ornamentados en piedra labrada y celosías de madera. Durante la segunda mitad de ese siglo y gracias a la bonanza económica que prevalecía, se construyeron numerosas casonas y haciendas de acuerdo a los estilos europeos así como edificios públicos de estilo neoclásico, sobre todo en el centro de Caracas.
Las condiciones geográficas de Venezuela han sido una de las principales causas de que muchas construcciones desaparecieran debido a los frecuentes terremotos. A principios del siglo XX, el país experimentó un reflorecimiento de su arquitectura y se construyeron varios edificios de estilo ecléctico. Sin embargo, en los años 60 y 70, gracias al “boom” del petróleo y por iniciativa de arquitectos nacionales y extranjeros, el país vivió una revolución en su arquitectura. Este periodo se caracterizó por la indiscriminada demolición de los antiguos centros urbanos, reemplazándolos con diseños vanguardistas. Muchos edificios coloniales, en desuso, no soportaron el olvido y la indiferencia, optando por derrumbarse.
Por otro lado, no puede negarse que Venezuela cuenta con los mejores ejemplos de la arquitectura moderna de América del Sur. Arquitectos como Vegas Teatro del Este, Oscar Niemeyer Museo de Bellas Artes o Gio Ponti, transformaron el rostro de las principales ciudades del país. Sin embargo, fue Raúl Villanueva quien más aportaciones realizó. Entre sus propuestas sobresalen la Galería de Arte Nacional y el Complejo de la Universidad Central de Venezuela.
Entre las últimas edificaciones, destacan la Basílica de Nuestra Señora de Coromoto en Maracaibo, el Conjunto Residencial El Conde y la Plaza de Toros de Valencia.
Literatura
En cuanto a letras, Venezuela ha dado grandes escritores, a pesar de que sean escasos en comparación con otros países latinoamericanos.
De los primeros tiempos de la colonia quedan excelentes trabajos de historia, la mayoría escritos por eclesiásticos españoles. De los siglos XVIII y principios del XIX se distinguen la autobiografía de Francisco de Miranda y los Diarios de Simón Bolívar.
El siglo XX es testigo de la aparición de Andrés Eloy Blanco, probablemente uno de los mejores poetas del país y autor del célebre poema “Angelitos Negros”. A este le siguen los excelentes trabajos de Rómulo Gallegos “Doña Bárbara”, Miguel Otero Silva “Casas Muertas”, Mariano Picón Salas “El Ultimo Inca” y Arturo Uslar Pietri “Lanzas Coloradas”, entre otros muchos.
Artes Plásticas
Mucho antes de la llegada de los españoles, existían, al igual que la música manifestaciones pictóricas. Los trabajos que han sobrevivido al paso del tiempo, son, obviamente, los petroglifos, que se encuentran en numerosas rocas a lo largo de todo el país. Los más impresionantes se localizan en la región de la costa central, entre Barquisimeto y Caracas y a lo largo del Río Orinoco y el Río Caroní. Uno de los mejores ejemplos es el de Cerro Pintado, cerca del Puerto de Ayacucho.
En cuanto a las manifestaciones de la época colonial, los pintores y escultores se dedicaron a reproducir los motivos religiosos importados por los misioneros españoles. A mediados del siglo XIX surge un movimiento academicista de pintura, impulsado por pintores venezolanos formados en Francia e Italia. Entre ellos destaca Martín Tovar y Tovar, recordado por su espléndido trabajo en el Capitolio Nacional de Caracas. Este movimiento se extendió hasta principios del siglo XX, cuando surgen propuestas más agresivas que intentan romper con aquel dominio, liderado por los pintores Armando Reverón, Carlos Otero, Rafael Monasterios y Marcos Castillo.
Después de estos movimientos, hicieron su aparición pintores postimpresionistas, entre los que destacaron Alcantara y Poleo. Después de la creación de la Escuela de Bellas Artes, la pintura venezolana se fue volcando, cada vez más, hacia la abstracción geométrica y al arte cinético.
En cuanto a escultores, Francisco Narváez, es considerado como el primer escultor moderno de Venezuela. Puede decirse que la escultura tuvo sus orígenes tardíamente, es decir, a principios del siglo XX. Sin embargo, la actualidad se caracteriza por una rica proliferación de artistas de diferentes tendencias y, prueba de ello, son los excelentes trabajos de pintores como Héctor Poleo de influencias distintas o los trabajos de Jacobo Borges, con un marcado carácter impresionista. Sería imperdonable no citar a Jesús Soto, el máximo representante del arte cinético. Sus trabajos pueden verse en diferentes sitios de diversas ciudades del país.
Música
Sobre la música precolombina de la región se tiene muy poca o casi ninguna información. Con la llegada de los españoles y, posteriormente, con la incorporación de ritmos de origen africano e influencias autóctonas, se fue creando la nueva identidad musical del país.
El ritmo más característico es el “joropo”, que tiene su origen en Los Llanos, pero que poco a poco ha conquistado al resto del país. Para su ejecución se utiliza el arpa, el cuatro, una pequeña guitarra de cuatro cuerdas y las maracas sin olvidar las divertidas letras de las composiciones.
Al Este del país, dependiendo de la región, se escuchan ritmos tan variados como el “estribillo”, “polo”, “margariteño”, “malagueñas”, “fulías” o “jotas”, mientras que en el Oeste prevalece la “gaita zuliana”,un ritmo típico de Maracaibo y el “bambuco”, popular en la zona de los Andes. En las costas centrales los ritmos de influencia africana son quienes marcan la pauta. Caracas, como capital ha absorbido todos los ritmos del país.
En los años 30 se funda la Orquesta Sinfónica de Venezuela y posteriormente la Orquesta Filarmónica de Caracas, entre otras muchas. Es frecuente que las plazas, las iglesias y los parques sirvan de escenario para estas orquestas.
Cine y Televisión
Venezuela no se ha distinguido por sus producciones cinematográficas, a pesar de que la primera cinta venezolana, “La Dama de las Cayenas” se haya rodado 12 años después de que los Hermanos Lumiere asombraran al mundo con su cámara. De los trabajos más reciente cabe destacar la película “El Pez que Fuma” de Román Chalbaud 1977.
En cuanto a televisión, Venezuela se ha distinguido en las últimas décadas por la prolífera producción de las llamadas “telenovelas” y conocidas popularmente como “culebrones”, que han inundado el mercado hispano.
Actividades Culturales en Venezuela Caracas, la capital del país, es también, la capital del Teatro de Venezuela. Con más de 20 teatros ofrece una buena cartelera. Sin embargo, algunas ciudades menos importantes cuentan con al menos un teatro.
Cabe destacar que el movimiento teatral venezolano es uno de los más importantes de América Latina. Obras de dramaturgos como Rodolfo Santana, José Ignacio Cabrujas o Mariela Romero son representadas con frecuencia en el exterior. La actividad escénica es intensa y el lenguaje de los autores nacionales se combina con obras clásicas del teatro universal, o las últimas búsquedas del desempeño escénico. Es la Compañía Nacional de Teatro, que representa desde las obras más clásicas hasta las más populares la que tiene mejor prestigio y más audiencia. Y no se preocupe, ya que la cartelera es muy variada y seguro que encontrará alguna obra que se adecue a sus gustos. Por otro lado, el Ateneo de Caracas es el lugar indicado por las innumerables posibilidades de espectáculo teatral. Este centro dispone de distintas salas además de ser la sede del prestigioso Festival Internacional de Teatro de Caracas.
En cuanto a espectáculos de ballet y danza, el país ofrece sólidas compañías de proyección internacional como son el Ballet Nuevo Mundo, la Fundación Ballet Nacional, el Ballet de la Fundación Teresa Carreño, dirigido por Vicente Nebreda, el Ballet Clásico de Keila Emecheo o el Taller de Danzas Caracas. La mayoría de ellos mantienen presentaciones que se extienden a lo largo de todo el año, en los principales teatros del país.