En los últimos años Viena, en otro tiempo poco conocida por su gastronomía, ha producido una nueva generación de jefes de cocina deseosos de crear la Nueva Cocina Vienesa. Se basa en versiones algo refinadas de los viejos platos de siempre, así como en inteligentes combinaciones de ingredientes tradicionales como los patés de hígado y la crema agria. Por otro lado, los productos más típicos de Viena han sido siempre los embutidos, quesos y pasteles de carne.