Un gran surtido de productos típicos y artesanales es el que podemos encontrar en la capital zamorana. En primer lugar sus mantas, afamadas por la gran calidad y cantidad de calor que desprenden, lo que no es de extrañar pues los inviernos allí son bastante fríos. También existen talleres de diversas tradiciones artesanales, se pueden adquirir desde piezas de joyería hasta lozas de cerámica o barro, incluso hornos para cocer pan o asar carne. Así como objetos de cestería o preciosas tallas de madera.