El hotel se funde con el paisaje montañoso y ofrece una atmósfera familiar, refinada y acogedora, con una decoración de madera, muebles de los siglos XVIII y XIX y una chimenea. Todas las habitaciones cuentan con muebles pintados a mano siguiendo la tradición de la montaña y cubiertos con exquisitas telas de colores vibrantes.
Situación: en el centro de la población, a poca distancia de las pistas de esquí.