En 1932, concebido originariamente como un hotel de lujo para hospedar a la creciente cantidad de visitantes europeos que por esa época llegaban a Buenos Aires, el Alvear Palace se transformó en el modelo del refinamiento en su más alta expresión. La majestuosidad de las habitaciones y suites, el lobby y áreas públicas reflejan los estilos Luis XIV y Luis XVI, que se hacen visibles en sus muebles de estilo, candelabros de cristal, paredes decoradas con láminas de oro y obras de arte de renombrados artistas.
El desayuno y el almuerzo se toma generalmente en el restaurante que se encuentra en la planta baja y hay un restaurante separado en el primer piso donde se sirven el almuerzo y la cena.