Este moderno y precioso hotel es un extraordinario sí­mbolo que ofrece una mezcla incomparable de confort y funcionalidad, como todo a su alrededor. Las distinguidas habitaciones y suites presentan un precioso diseño pensado para reactivar cuerpo y mente. Además, hay una suite con el gimnasio más avanzado. Para comer relajadamente no hay nada comparable a la tentación del bar y restaurante Curve, que ofrece marisco fresco y jugosos filetes, y está situado en la zona de comedor al aire libre. El hotel tiene aire acondicionado y dispone de vestí­bulo, servicio de salida y recepción 24 horas, guardarropa, caja fuerte, servicio de cambio de divisas y ascensor. La cafeterí­a es un magní­fico lugar para tomarse una taza de café y un tentempié. También se ofrecen instalaciones para conferencias, servicio de habitaciones y de lavanderí­a, y por un suplemento se puede hacer uso de la conexión a Internet y del aparcamiento. El vestíbulo es grande, está amueblado con excelente gusto y decorado con un estilo contemporáneo, en consonancia con el resto del hotel.

Este hotel está situado en el complejo de Canary Wharf, en la zona de West India Quay, cerca del agua, junto a la estación West India Quay de DLR y a 5 minutos de camino de la estación de metro de Canary Wharf. Además, queda a solo 10 minutos de las zonas de Bank y Tower Hill y de todos los lugares de interés del centro de Londres, como la Catedral de San Pablo y el Puente de Londres. El centro de exposiciones ExCel está a unos 500 m del establecimiento y los aeropuertos londinenses de Heathrow y Stansted distan 20 y 34 km respectivamente. El aeropuerto de la Ciudad de Londres está a 10 minutos de transporte público.

Se sirve desayuno completo inglés en el restaurante Curve, que también ofrece el mejor marisco de la región, excelentes parrilladas y pasta. El Manhattan Bar and Terrace es un lugar insuperable para tomarse un respiro y conocer gente donde, además, se ofrecen atractivos cócteles y se puede pedir un piscolabis. Si el tiempo acompaña, los huéspedes pueden sentarse fuera y observar la vida a su alrededor o el agua.