La restauración del edificio, que data del siglo XIV, y la decoración son obra de su propietario, el artista plástico Justo Almendros. Su premisa fundamental fue mantener el carácter del lugar sin prescindir de las comodidades de la vida moderna. Ofrece una auténtica atmósfera marroquí -puertas y muebles de madera confeccionados por artesanos locales, paredes acabadas en tadlak, suelos de barro cocido, patio con piscina rodeada de palmeras, naranjos, buganvillas y otras hermosas plantas locales-, mientras que los espacios interiores y habitaciones están dotados de todos los modernos servicios.
Situación: ubicado en el corazón de la Medina de Marrakech, cercano al souk (zoco) y a la famosa plaza de Jemaa el-Fna.