Sol, fina arena blanca, aguas cristalinas y una cálida brisa marina: no hay mejor combinación que ésta para pasar unas vacaciones perfectas, y por ello, este complejo mima a sus huéspedes con esta increíble mezcla de sensaciones. Este hotel proporciona un entorno relajado y romántico con instalaciones lúdicas y gastronómicas frente al mar, por lo que todo tiene un toque tropical. Este hotel boutique dispone de habitaciones limpias con una cálida iluminación y una decoración en tonos tierra para convertirlas en un oasis de paz y tranquilidad. La piscina privada al aire libre es el lugar perfecto para que los huéspedes tengan algo más de privacidad durante su estancia, mientras que el restaurante les ofrece deliciosos platos locales y especialidades japonesas en un ambiente tranquilo e íntimo.