Este encantador establecimiento está a sólo 300 metros de distancia de la única catedral en el centro del barrio antiguo de Santiago de Compostela. Está rodeada por tiendas, restaurantes y bares tradicionales. Justo al lado está la Rua do Franco, la calle más típica de tapas y bebidas.
La propiedad no tiene restaurante ni servicio de desayuno.