Esta mansión victoriana, que completa una pequeña capilla privada (hoy en día usada para celebrar bodas), fue construida en 1874 como residencia familiar. Aunque ha sido transformada en un hotel de 14 habitaciones, sus dueños han logrado mantener la grandeza y el calor de lo que originariamente era el patrimonio de una distinguida familia escocesa. Se sentirá en un ambiente único desde el momento en que entre por la imponente entrada de arenisca tallada en el porche revestido en madera, hasta llegar al apacible vestíbulo con sus tentadores sillones y chimenea. Para los viajeros de negocios, el hotel dispone de un número de habitaciones que cumplen con el ambiente deseado para una sesión de brainstorming con pizarra, presentaciones importantes, lanzamientos de productos o formación de equipos, y puede organizar con antelación el equipamento necesario. Además, hay restaurante y aparcamiento.
Está situado en un terreno retirado de 800 ha de campo y bosque, con lagos y páramos a su disposición. El hotel está a 1 hora en coche de Edimburgo, a 45 minutos de Glasgow, a 30 de Perth y a 20 de Stirling.
Para elaborar algunos de los platos más delicados (todos preparados in-situ), como las famosas y deliciosas mantecadas del hotel, solo se usan productos frescos, de temporada y producidos localmente (dentro de lo posible). La carta de vinos es extensa, con una selección excepcional de Europa y del nuevo mundo. Además, hay una destacada gama de whiskies, con una amplia selección de whisky de malta y de destilerías de Highland, Lowland y de las islas. Una característica distintiva del hotel es su oferta de comida en privado, disponible en una de sus salas únicas para entre 1 y 44 comensales.