La Pousada de Vila Viçosa, inaugurada en 1996, está instalada en el centro histórico de esta ciudad del Alentejo. La Pousada se encuentra en el antiguo convento real de As Chagas de Cristo, mandado construir por D. Jaime, IV Duque de Bragança, en el siglo XVI. D. Jaime mandó construir esta casa religiosa para que sirviera de panteón a las señoras de su familia y para acoger a las hijas de su segundo matrimonio que no pudieran casarse dignamente. Con el paso del tiempo, se han relacionado ciertas leyendas con la Pousada. Desde la mítica presencia de la última madre superiora, que hoy en día sigue vigilando el convento, hasta el intento de construir un pasadizo directo al palacio ducal, que se encuentra junto a la Pousada. Se cree que los frescos del edificio son de Cecília do Espírito Santo, poetisa y pintora, que vivió en el convento hasta su muerte en 1723. Alojarse en la Pousada de Vila Viçosa es embarcarse en un viaje a los más variados tipos de fantasías, que nos aseguran experiencias extraordinarias. Sus habitaciones temáticas son la garantía de que pasar la noche en este hotel es como dormir en un museo en que por momentos también somos actores de este universo imaginario. Desde la habitación del Profesor, otrora lugar de paso de correspondencia y de bienes, antigua sala de visitas y una de las únicas zonas donde podía haber hombres en el convento, hasta la suite de la Duquesa. No deje de visitar las demás estancias, espacios de confort, armonía y modernidad. La Pousada de Vila Viçosa también es un auténtico reclamo para quienes aprecian lo mejor de la cocina portuguesa. Los platos elegantes y las recetas conventuales harán las delicias de quienes coman en el restaurante de la Pousada. El restaurante D. Carlos también ofrece los mejores vinos de la región (Borba, Estremoz, Redondo, Reguengos y Évora). En el bar Sabores da Terra encontrará el espacio perfecto para picar algo y pasar ratos charlando, disfrutando de todo lo que ofrecen el Alentejo, su gastronomía y sus tradiciones.