Situada entre montañas de suaves relieves, la histórica capital de Bolivia es hoy una ciudad tranquila y bella que disfruta de su herencia colonial y su tremenda belleza en un letargo que parece ser el merecido descanso que se toma desqués de una azarosa y sobresaltada existencia desde su fundación en 1.538. Aunque el centro de poder político se ha trasladado a La Paz, el poder judicial aún tiene ... Situada entre montañas de suaves relieves, la histórica capital de Bolivia es hoy una ciudad tranquila y bella que disfruta de su herencia colonial y su tremenda belleza en un letargo que parece ser el merecido descanso que se toma desqués de una azarosa y sobresaltada existencia desde su fundación en 1.538. Aunque el centro de poder político se ha trasladado a La Paz, el poder judicial aún tiene su sede en Sucre y si se pregunta a sus habitantes siempre dirán que es el verdadero corazón del país. Rotundos edificios de impresionante belleza jalonan unas calles en la que se aprecia la prosperidad que en un pasado experimentó la ciudad en la que se firmó la primera declaración de independencia de toda la América hispana. Aquí vivió durante siglos la aristocracia colonial y aquí se fundó una de las primeras universidades de Latinoamérica, en la que se formaron en las ideas heredadas de la Revolución Francesa aquellos que habían de liberar estas tierras. La cultura sigue siendo hoy una de sus señas de identidad, representda en los cafés del centro en los que se puede disrutar de música en directo y en el Teatro al Aire Libre.
La ciudad de Sucre fue fundada por los colonos españoles en 1.538 con el nombre de La Plata, como la capital de la región de Charcas, que abarcaba el actual Perú hasta...+