Las condiciones climática de Arabia Saudita, con abiertas llanuras y extensos desiertos, con un intenso calor de día y temperaturas frescas por la noche, son causa de una medio ambiente en el que la flora y la fauna queda restringida a una cuantas especies. Juncos y diversas hierbas crecen entre las dunas costeras. Las lluvias, bajo la forma de aguaceros breves, alientan la breve floración de varias plantas. No existen bosques, a pesar de que los Montes Asir están cubiertos por cedros y olivos.
Hasta este siglo y con el auge de la caza como deporte, Arabia Saudita poseía una variedad importante de animales. Las gacelas sobreviven en una cantidad muy reducida. Cabras montés, lobos y hienas abundan en determinadas zonas, mientras que los leopardos existen en un número reducido al sur de Jedda.
En Arabia Saudí se cultivan cerca de 400.000 hectáreas. Las palmeras de dátiles son el cultivo más importante, seguidos del trigo, la cebada, el mijo y el sorgo, que constituyen las principales cosechas de granos. El algodón, el arroz y algunas frutas se producen en menor escala.
El bacalao, la caballa y otros peces abundan en las aguas costeras.