La Época Antigua de Arabia Saudita Los primeros pobladores de estas tierras se pierden en la historia. De los numerosos reinos que se asentaron en el territorio, recordamos a los Nabateos que llegaron en los primeros años de nuestra era hasta Damasco. Ya en el siglo XVIII gobernó en Dir´aiyah, cerca de la actual capital, el reino Al-Saud. El primer imperio saudita, surgió de la alianza entre Mohamed Bin Saud, de estilo militar, que gobernaba en Dir´aiyah, y Mohamed Bin Abdul Wahhab, que aplicó de forma estricta el Islam. De esta combinación surgió la idiosincrasia actual de Arabia Saudí. Los turcos ocuparon parte del país y no se fueron hasta este siglo.
La Época Moderna de Arabia Saudita Una vez fueron expulsados los turcos, tras la derrota que sufrieron en la I Guerra Mundial, Abdul-Aziz ibn-Saud se proclamó rey. Desde entonces, el Estado fue gobernado por un régimen absolutista, en continuas fricciones con los países vecinos por sus reivindicaciones territoriales.
A partir de 1948, renunció a su política de anexiones, se reconcilió con el rey de Transjordania, firmó un pacto de amistad con Egipto, y se adhirió a la Liga Árabe. Cuando en 1953 murió Ibn-Saud, le sucedieron su hijo Saud, que abdicó en 1964, y el hermano de éste, Feisal.
En el conflicto árabe-israelí de 1973, Feisal, apoyó militarmente a Siria y Egipto y participó en el embargo de petróleo a los países occidentales. Fue asesinado en 1975 y sucedido por su hermano Jakid, y éste, a su muerte, por el príncipe Fahd, que intentó devolver la paz a Oriente Próximo.
En 1990 la peregrinación anual a La Meca terminó con un resultado sangriento, a raíz de una aglomeración.
Durante la Guerra del Golfo, Arabia Saudita trató de proteger su reino y se convirtió en la base de operaciones militares contra Iraq. Cuando la guerra se terminó era primordial un cambio de gobierno. El rey Fahd, inició una serie de reformas. Sin embargo en 1993 el Gobierno declara fuera de la ley el Comité para la Defensa de los Derechos Legítimos, creado recientemente por algunas figuras islámicas. Al parecer la política del país no está en ánimo de ablandarse.