El arte musulmán, aunque tiene características comunes, tiene en cada zona sus propias peculiaridades ya que asimila elementos de los pueblos sometidos. Uno de los rasgos comunes es el gran desarrollo de la arquitectura en detrimento de la pintura y escultura. La arquitectura es la manifestación artística por excelencia.
El arco es uno de los elementos arquitectónicos más utilizados; se utilizan varios tipos de arcos, desde el de herradura hasta el mixtilíneo, pasando por el arco de medio punto peraltado. Para las estructuras se utilizan el pilar y la columna con capiteles corintios. En general se utilizan materiales ligeros y de poco peso, pues es costumbre la estructura horizontal más que la vertical, con lo cual no hace falta material pesado.
Como cierre de los edificios se utiliza la cúpula y la bóveda de diferentes tipos, pero siempre utilizando materiales de poco peso como son el yeso y la madera.
Entre los edificios más característicos se encuentra la mezquita. Suelen ser alargadas y están precedidas de un patio porticado en el que hay fuentes donde los fieles hacen las abluciones antes de entrar en ella. En el kibla muro se encuentra el mihrab, que siempre se orienta hacia el este, y a su lado el mimbar, desde donde se lee el Corán. La única estructura vertical que encontramos es el minarete, desde allí el miacin llama a oración.
Asociadas a las mezquitas se encuentran las medersas, una construcción con patio porticado al que dan las distintas dependencias. Los sepulcros, llamados Zavia, son pequeñas mezquitas.
Para decorar utilizan elementos geométricos y vegetales como es la hoja de acanto que combinada da la conocida “ataurique”.
Se pueden distinguir varios períodos en su evolución: un primer Período Omeya que llegaría hasta el año 750 del que no han quedado restos. A partir de este año comienza el período abasida con el que acaba el gusto por el refinamiento árabe. El tercer espacio tendría lugar a partir del año 1075 con los almorávides cuya obra cumbre es la mezquita de Tlemecen, sobria y austera. El siguiente período abarca desde 1922 hasta 1268; se vuelve algo al segundo período, se sustituye la columna por el pilar y en la decoración se introducen los rombos encadenados y los lazos mozárabes. Finalmente, a finales del siglo XV se inicia el período otomano que se caracteriza por la construcción de mezquitas circulares con una cúpula central y con minarete más estilizados.
La UNESCO ha declarado como lugares de Patrimonio Mundial las Ruinas Romanas de Timgad y las de Djemila, el sitio arqueológico de Tipasa, Tassili n´Ajjer, el Valle de M´Zab, la Casbah de Argel y la Kalâa de Beni Hammad.