En la ladera sur de la Acrópolis se encuentran dos teatros que eran punto neurálgico de la vida cultural antigua: uno es el odeón romano de Irodou Attikou, que fue construido en el siglo II d. C. por Herodes Ático; puede visitarse de 8:00 a 19:00 h; en invierno de 8:30 a 15:00 h; lunes cerrado. El otro es el Teatro de Dionisio, donde se estrenaron obras de Esquilo, Sófocles y Eurípides y que tenía capacidad para más de 15.000 espectadores. Cerca del teatro se pueden ver restos de un par de templos dedicados al dios Dionisio de los siglos VI y IV a. C.
Hay unas escaleras en la entrada de la Acrópolis que conducen al Arios Pagos o Colina del Areópago, que está dedicada al dios de la guerra Ares. En este lugar se reunía el tribunal de justicia para juzgar delitos hasta época romana. Según la tradición cristiana, en este lugar San Pablo habló a los atenienses y predicó por primera vez en Grecia, consiguiendo que Dionisio (llamado después “El Areopagita”) se convirtiera en cristiano y en el primer obispo de Atenas (después en patrón de la ciudad).
La colina de Filopapou se encuentra entre las calles Dionisíou Areopagitou y Apóstlou Pavlou, pudiendo acceder a ella por una calle peatonal que se construyó en el año 1950. Desde lo alto de la colina hay unas hermosas vistas, además de una estatua al senador y cónsul romano Filopapos. Hay unas casas agrupadas que se han conocido desde hace mucho como “Prisión de Sócrates”, pero ahora sabemos que en realidad estuvo preso en el Ágora. A la derecha de la entrada a la colina se alza la iglesia de Agios Dimitrios Loumbardiaris, del siglo XVI y que cuenta con frescos bizantinos.
Al lado de Filopapou y delante del Areópago se ubica la colina de Pnix, que se puede visitar de 8:30 a 19:00 h; los lunes de 12:00 a 19:00 h. Era en este lugar donde se reunía la Asamblea popular entre los siglos VI y IV a. C. en un hemiciclo en el que cabían hasta 5000 personas y una tribuna en la roca, junto al altar de Zeus Agoreos, para que los oradores hablaran. En dirección oeste se encuentra la Lofos Ninfón (la Colina de las Ninfas), sede del Observatorio Astronómico construido en el siglo XIX. En la antigüedad los ciudadanos se juntaban en la explanada de forma semicircular para escuchar a los oradores que estaban en la colina Pnix, vecina de esta.