En 1563 llegaron los portugueses a la isla. Mientras tanto los primeros habitantes de Barbados fueron según todos los indicios los Arawak, pacíficos indígenas expulsados más tarde por los indios caribes. Los portugueses utilizaron la isla como centro de aprovisionamiento del Caribe en su camino hacia Brasil. Una de las explicaciones del nombre de la isla se atribuye a que los marineros veían las raíces aéreas de las higueras con forma de barbas.
En 1625 los ingleses llegaron a Barbados, entre ellos, el capitán John Powell quien la encontró deshabitada reclamándola para el rey Jaime I de Inglaterra. Powell relató sus impresiones sobre la isla hasta el punto que Gran Bretaña mandó 80 pobladores a la isla, concretamente a Holetow para hacerse con ella. Las dos décadas que siguieron a este acontecimiento la población creció y se desarrolló de forma espectacular. Las razones fueron las siguientes: la primera fue la inestabilidad política de Gran Bretaña que hizo llegar a la isla una oleada de británicos; y la segunda, la introducción de la caña de azúcar como el principal cultivo de Barbados, hecho que provocó la llegada de esclavos de África. Pronto los ingleses tomaron la isla con sus costumbres hasta el punto que se comenzó a llamar Pequeña Inglaterra.
El Parlamento instalado en la isla fue el tercero más antiguo de la Mancomunidad Británica después de la Cámara Británica de los Comunes y la Casa de Asambleas de Bermudas. La isla fue sitiada en varias ocasiones hasta que capituló ante las fuerzas de Cromwell en 1651. A raíz de la emancipación de los esclavos Barbados comenzó una época de renovación y formación de una sociedad independiente. Después de 1951 y con la puesta en marcha de un sistema bipartidista de gobierno la isla estaba bien preparada para la Independencia que conquistó en 1966.