Esta ciudad transilvana es una de las más visitadas del país por sus encantos y por servir de base para excursiones por esta región.
Resultado de la mezcla entre la cultura rumana y la sajona, Brasov está repleta de vestigios medievales, como su ciudadela, el Ayuntamiento, la puerta de Ecaterina y sus abundantes iglesias, en especial la Iglesia Negra, llamada así después de que un incendio en 1 ... Esta ciudad transilvana es una de las más visitadas del país por sus encantos y por servir de base para excursiones por esta región.
Resultado de la mezcla entre la cultura rumana y la sajona, Brasov está repleta de vestigios medievales, como su ciudadela, el Ayuntamiento, la puerta de Ecaterina y sus abundantes iglesias, en especial la Iglesia Negra, llamada así después de que un incendio en 1689 tiznara sus paredes.
Muy cerca de Brasov, en Bran, está el famoso Castillo de Drácula. A pesar de su nombre, Vlad Tepes jamás habitó aquí, y sus blancas paredes no resultan nada siniestras, si bien resulta una muy interesante visita. Está situado encima de una roca de 60 metros de altura. La fortaleza guarda las influencias góticas de aquella época. Hoy, una parte del castillo ha sido transformada en museo de arte medieval, incluyendo armas y muebles antiguos Los amantes de los castillos también pueden acercarse al de Rasnov. 'El empalador' sí habitó en el castillo de Poienari, situado no lejos, en las montañas Fagara. Se accede tras ascender por una escalera de casi 1.500 escalones.