Los romanos conquistaron este territorio a los celtas en el siglo I de nuestra era, instalándose en el barrio de Buda. Allí pervivieron hasta el siglo V, cuando los Hunos de Attila invaden la población. Les siguieron los godos, los longobardos y los ávaros. A finales del siglo IX se estableció la tribu principal que reconquistaría el territorio húngaro, los magiares, un pueblo seminómada procedente de los Urales, aunque no fue hasta principios del siglo XI cuando el rey Esteban, caudillo de los magiares, es coronado en el año 1.100. en el siglo XIII la capital comienza a convertirse en el principal centro del país, ya que el rey Béla IV traslada la capital a Buda. Con Segismundo de Luxemburgo y Matías Corvino el Grande Buda comienza a enriquecerse de nuevo, ampliándose con la construcción de nuevos edificios. Después de la muerte del rey Matías, en 1490, Hungría empieza a decaer a causa de luchas internas entre la nobleza por el trono. Todo ello hizo que a los turcos no les costara demasiado invadir el país. En 1541 comienza la dominación otomana que duraría más de 150 años.
El padre del rey Matías, János Hunyadi, fue el primero en utilizar el ejército de caballería de los húsares, uno de los cuerpos militares más famosos en toda Europa que integraban la caballería magiar. Antes se creía que el origen de la palabra húngara huszár venía de la época del rey Luis el Grande, cuando las normas de reclutamiento indicaban que cada 20 húsz parcelas de siervos, medida medieval de superficie, había que enviar un soldado al ejército. Las últimas investigaciones indican que la palabra procede del latín “cursor”, que define a una persona que corre con rapidez. De ahí viene también korzár, corsario-pirata.
A finales del siglo XVII es cuando la dinastía de los Habsburgo consigue expulsar a los turcos y comienzan a reinar en Hungría, lo que posteriormente formaría el imperio austro-húngaro. En esta época vuelven a construirse edificios que embellecen la ciudad, en estilos barroco, rococó y clasicista. Todo el desarrollo que vivió la ciudad se interrumpió en la guerra de la independencia de 1848 y 1849, un intento frustrado del país de liberarse de la dominación austriaca. Es en 1867 cuando se firma el convenio entre Austria y Hungría en el que se constituía la monarquía austro-húngara. Una vez estabilizada la política se unen las tres partes de la ciudad: Buda, Óbuda y Pest. Así nace su nombre. A partir de esta fecha comienzan las obras del metro, aparecen los primeros ómnibus tirados por caballos y los primeros tranvías. Pero la vida cultural no se quedaba atrás, y tanto la literatura como el teatro, la música o la pintura viven una época de apogeo. En 1896 se conmemora el llamado Milenio, un aniversario que celebraba los mil años de historia del país. Es entonces cuando en la ciudad se construyen nuevos edificios majestuosos.
La I Guerra Mundial vuelve a interrumpir de nuevo esta expansión económica y cultural, pero a cambio Budapest consigue deshacerse de la dominación austriaca y se convierte en República. Pero de nuevo la ciudad sufre golpes fuertes en la II Guerra Mundial, obligándola a una nueva reconstrucción. A pesar de tanto desastre en 1987 la UNESCO calificó el casco antiguo de Buda junto a otros monumentos de Pest Patrimonio Cultural de la humanidad. En el año de 2002 la Avenida Andrássy ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.