La cocina castellanoleonesa se mantiene fiel a un recetario tradicional de platos recios, no aptos para vegetarianos o para los que se encuentren haciendo algún tipo de régimen alimentario. Estos manjares están pensados para los aficionados a la cocina casera, de sabores fuertes y materias consistentes.
La legumbre guarda en los platos castellanoleoneses un protagonismo singular y en este caso, la carilla (alubia enana) es a la olla podrida lo que el garbanzo es al cocido maragato, dos de los platos más típicos hechos con leguminosas. A la carilla no le guardan envidia sus hermanos: los judiones gigantes de La Granja (Segovia), la pintas leonesas o las rojas de Ibeas (Burgos). De sus primas las lentejas, se cultivan varios tipos en estas tierras, siendo los más conocidos la enorme rubia de La Armuña (Salamanca) y la pardina franciscana. Y qué mejor que la carne para preparar sólidos platos: el cochinillo y el tostón, son de igual importancia en la gastronomía castellanoleonesa. Segovia y Arévalo (Ávila) disputan entre sí la capitalidad del cochinillo, pero Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) no queda muy detrás. El tostón o lechón es famoso en Pedraza, Turégano, Cuellar y Sepúlveda (Segovia), Peñafiel (Valladolid), Aranda de Duero (Burgos), Burgo de Osma (Soria)... Otra de las carnes que no tiene desperdicio es la de vaca avileña, protegida por Denominación de Origen, de la que se sacan chuletones, de color rojo intenso y profundo sabor. Y si hablamos de carnes no podemos olvidarnos de la gran variedad de embutidos que se fabrican en estas tierras. El jamón de Guijuelo, el lomo embuchado, el chorizo ibérico, el hornazo (empanada)y el farinato (morcilla), son originarios de tierras salmantinas; el botillo, la cecina y la morcilla de cebolla y calabaza son propios de León; en Burgos sobresale su morcilla de arroz y el chorizo de Villarcayo; y de Segovia es el afamado chorizo de Cantimpalos. Pero no todo es carne en la ancha Castilla:Pero no todo es carne en la ancha Castilla: la trucha es su más genuino exponente en materia de pescados y se la consume frita con unto, a la manera berciana, o frita con tocino negro.
Muy variados son los quesos que se elaboran en esta Comunidad, encontramos gustos para todos: desde los finos y frescos de Burgos y Valladolid, hasta los curados o secos que se fabrican en todas las provincias. Y para acabar con estas ricas viandas no podemos sino complacer a los más golosos enumerando algunos de los dulces más típicos de la región: mantecadas de Astorga (León), arroz con leche (Zamora y Salamanca), yemas de Santa Teresa (Ávila), pan sobao (Segovia), mantecadas de Carrión (Segovia), yemas de Almazán (Soria), rosquillas (Valladolid) y yemas de canónigo (Burgos)
Por lo que respecta a los vinos, cabe decir que en Castilla y León existen cuatro Denominaciones de Origen: Rueda, Ribera del Duero, El Bierzo y Toro, y dos Denominaciones Específicas Provisionales: Cigales y Cebreros.