Catalunya estuvo ocupada por los romanos hasta la llegada de los godos y los alanos en el año 470. Posteriormente fue territorio musulmán a partir del 712, aunque no duró mucho esta invasión ya que a los 72 años fueron expulsados cuando los catalanes se unieron a Carlomagno. Fue entonces cuando diversos condados francos reinaron en la zona, hasta que en el 1137 se unen al vecino Reino de Aragón.
Los Reyes Católicos unificaron todos los reinos bajo una misma corona.
La influencia francesa en Catalunya contribuyó al desarrollo de una cultura divergente a la castellana, con un idioma propio que durante mucho tiempo fue objeto de represión y rechazo por parte del gobierno central.