La población de Gambia está formada por grupos pertenecientes a las mismas etnias que los senegaleses y países vecinos. Predominan, numéricamente, los mandingo, que se concentran en el centro y en el oeste del país, seguidos de los wolof, los fulbé al este, los jalof en la capital, los diola en la zona oeste del país, los sereres, y los habitantes de origen sudanés.
Desde épocas remotas las tribus han vivido en poblados a orillas del río, desarrollando estilos de vida totalmente homogéneos, basados en la agricultura tradicional. Tan escaso territorio poblado por este gran número de etnias provoca fuertes tensiones políticas.
Un elemento peculiar en el cuadro étnico es el constituido por los aku y los kio, minorias criollas de lengua inglesa asentadas en la capital durante el periodo colonial. Originalmente eran esclavos liberados procedentes respectivamente de las Antillas Británicas y de otras colonias británicas de Africa, en particular de Nigeria y Sierra Leona, llevados a Gambia para cubrir puestos administrativos y comerciales; todavía hoy, después de la independencia ocupan posiciones de poder en la administración estatal y en la economía. Su lengua es el “broken english”, una lengua criolla basada en el inglés, con influencias francesas y portuguesas.
Los gambianos, generalmente viven en pequeñas aldeas y chozas de paja. Gambia posee una población escasamente urbanizada, que se concentra en gran medida en los poblados tradicionales, donde se sigue manteniendo una economía de base agrícola (el primer sector del país). Más del 70 por ciento de la población activa está ocupada en este sector, productos comerciales como el algodón los cacahuetes y la nuez de palma, sirven de base para le exportación, mientras que el resto de los productos como la mandioca, el arroz y el mijo, entre otros sirven para el sustento básico. Los intentos de elevar el nivel económico del país se centran en la industrialización y el turismo, que recientemente se ha convertido en la segunda fuente de ingresos para el país.
Un serio atraso económico así como los problemas sociales de diversa índole que padece el país se reflejan en el bajo índice de alfabetización, situado en torno al 25 por ciento.