Guinea fue parte del Imperio de Mali, que abarcaba una gran parte de Africa occidental entre los siglos XIII y XV. A partir del siglo XV comenzó a ser frecuentada por comerciantes europeos, y el país se convirtió en colonia francesa en 1891. Bajo el liderazgo de Sekou Touré, obtuvo la independencia en 1858.
Touré optó por aislarse del resto de las ex-colonias francesas y de la metrópoli, lo que unido a la adopción del modelo revolucionario chino sumió al país en una profunda crisis. Touré, que ya había cambiado muchas de sus políticas, murió en 1984, y un mes después un golpe de estado dio el poder al coronel Lansana Contel. En 1991 se introdujo el multipartidismo en el país, y en 1994 se celebraron elecciones que Contel ganó con el 51 de los votos. El país ha experimentado algunas mejoras, pero sigue siendo uno de los más pobres de Africa.