El Transporte en Irán
Irán sorprende con sus colores y sus antiguas atracciones, pero eso no es todo. El país está bastante bien desarrollado, a pesar de los prejuicios que durante mucho ti... Leer más
La Gente y sus costumbres en Irán
En el año 2011 la población de Irán era cerca de 81 millones.
La población de Irán creció rápidamente durante la segunda mitad del siglo XX, pasando de unos 19 millones en 1956 a unos 75 millones en 2009. Sin embargo, la tasa de natalidad de Irán ha descendido significativamente en los últimos años, especialmente debido a la guerra con Irak lo que hizo que el gobierno fomentara la natalidad incluso prohibiendo el uso de anticonceptivos. Dando lugar a una tasa de crecimiento demográfico -registrada a partir de julio de 2012- de alrededor del 1,29%.
Los persas o farsis son de origen indoeuropeo a diferencia de los árabes que son de origen semítico y forman el 55% de la población, a continuación están los azeríes (25%), la mayor parte viven en la zona de Azerbaiyán cuya ciudad más importante es Tabriz, los kurdos (10%) que viven principalmente en las zonas montañosa fronterizas del oeste en la provincia es el Kurdistán y los árabes (4%) que son pescadores y agricultores. También hay otras minorías como son los baluchis, los nómadas, la minoría turcomana y los armenios y judíos.
La mayoría son musulmanes chiitas aunque antes de la conquista del país por los árabes en el 636 d.C. eran seguidores de Zoroastro.
Los iraníes son comunicativos, amables, bondadosos pero hay que saber comportarse según sus tradiciones y religión. Les gusta entrar en contacto con los extranjeros aunque muchas veces es difícil la comunicación debido al idioma; normalmente los jóvenes que estudian suelen hablar inglés.
La rama principal del Islam es la sunita (80%-85%) y después la chiíta (10-15%); se separaron cuando a la muerte del Profeta Mohamed (Mahoma) no estuvieron de acuerdo con la elección de Abu Bakr como sucesor de éste y eligieron a su yerno Ali.
La narración del martirio ha sido un componente esencial de la cultura Shia, que se remonta a la masacre en 680 del tercer imán, al-Ḥusayn ibn Alī, junto con su familia cercana y sus seguidores en la Batalla de Karbalā por las tropas del califa omeya, Yazīd, durante el intento fallido de Hussein de restaurar su línea familiar al poder político. Como minoría en la comunidad islámica, los Shias enfrentó mucha persecución y, según la doctrina Shiita, hubo muchos mártires a lo largo de los siglos debido a su creencia en el derecho de la línea de Alī a un gobierno político y liderazgo religioso. Cada año en el aniversario de la masacre, varios shias conmemora la tragedia de Karbalā durante la fiesta de “Āshūrā” a través del ta”ziyyah (juego de la pasión) y a través de rituales de autoflagelación con las manos desnudas y, a veces, con cadenas y espadas (actualmente dicha práctica ha sido prohibida por el gobierno iraní ya que la considera ajena al islam). Estos actos de duelo continúan a lo largo del año en la práctica del rawẕah khānī, un ritual de duelo en el que un narrador, el rawẕah khān, incita a los reunidos -que a menudo se reúnen en un lugar especial de duelo llamado khānī- a llorar por los relatos de la muerte de Hussein.
La conmemoración de Karbalā ha impregnado toda la cultura persa y se expresa en la poesía, la música y la solemne visión del mundo. Ninguna ceremonia religiosa está completa sin una referencia a Karbalā, y ningún mes pasa sin al menos un día de luto. Ninguno de los esfuerzos de la monarquía, como los festivales anuales de arte y el fomento de músicos y artesanías nativas, lograron cambiar esta actitud básica; las manifestaciones públicas de risa y alegría siguen siendo indeseables, incluso pecaminosas, en algunos círculos.
Pocos países disfrutan de una herencia cultural tan larga como Irán, y pocas personas son tan conscientes y expresan su profunda tradición cultural como los iraníes. Irán, o Persia, como entidad histórica, data de la época de los aqueménidas (hace unos 2.500 años) y, a pesar de los cambios políticos, religiosos e históricos, los iraníes mantienen una profunda conexión con su pasado. Aunque la vida cotidiana en el Irán moderno está estrechamente entretejida con el Islam, el arte, la literatura y la arquitectura del país son un recordatorio siempre presente de su profunda tradición nacional y de una cultura literaria más amplia que durante el período premoderno se extendió por todo el Oriente Medio y Asia meridional. Gran parte de la historia moderna de Irán puede atribuirse a la tensión esencial que existió entre la piedad promovida por el clero iraní y el legado cultural persa, en el que la religión desempeñó un papel subordinado -ofrecido por la monarquía pahlavi.
A pesar del predominio de la cultura persa, Irán sigue siendo un Estado multiétnico, y los armenios, los azerbaiyanos, los kurdos y las minorías étnicas más pequeñas del país tienen cada uno sus propias tradiciones literarias e históricas que se remontan a muchos siglos atrás, incluso -en el caso de los armenios- a la era precristiana. Estos grupos a menudo mantienen estrechas conexiones con la vida cultural más amplia de sus parientes fuera de Irán.
La vida cotidiana y las costumbres sociales:
Los iraníes celebran varias ocasiones festivas. Además de las dos Eids (en árabe: " festivos ") -practicadas tanto por Sunnies como por Shīas-, las vacaciones más importantes son Nōrūz, el Año Nuevo persa, y el cumpleaños del duodécimo imán, cuya segunda venida esperan los Shīas al final de los días. La celebración de Nōrūz comienza el último miércoles del año viejo, es seguida por un día festivo de una semana de duración, y continúa hasta el día 13 del año nuevo, festejándose como un picnic en el campo. En el cumpleaños del duodécimo imán, las ciudades brillan con luces, y los bazares están decorados y repletos de compradores.
La cocina persa, aunque fuertemente influenciada por las tradiciones culinarias del mundo árabe y el subcontinente, es en gran medida un producto de la geografía y los productos alimenticios nacionales de Irán. El arroz es un alimento básico en la dieta, y la carne -principalmente el cordero- el cual desempeña un papel en prácticamente todas las comidas. Las verduras son fundamentales en la dieta iraní, y las cebollas son un ingrediente de prácticamente todos los platos. El pastoreo ha sido por mucho tiempo una parte tradicional de la economía, y los productos lácteos -leche, queso y particularmente yogur- son ingredientes comunes en los platos persas. La cocina tradicional persa tiende a favorecer los sabores sutiles y las preparaciones relativamente sencillas como khūresh (guiso) y las brochetas. El azafrán es la especia más distintiva que se usa, pero muchos otros aromas -incluyendo limón, menta, cúrcuma y agua de rosa- son comunes, al igual que las granadas y las nueces.
La población de Irán creció rápidamente durante la segunda mitad del siglo XX, pasando de unos 19 millones en 1956 a unos 75 millones en 2009. Sin embargo, la tasa de natalidad de Irán ha descendido significativamente en los últimos años, especialmente debido a la guerra con Irak lo que hizo que el gobierno fomentara la natalidad incluso prohibiendo el uso de anticonceptivos. Dando lugar a una tasa de crecimiento demográfico -registrada a partir de julio de 2012- de alrededor del 1,29%.
Los persas o farsis son de origen indoeuropeo a diferencia de los árabes que son de origen semítico y forman el 55% de la población, a continuación están los azeríes (25%), la mayor parte viven en la zona de Azerbaiyán cuya ciudad más importante es Tabriz, los kurdos (10%) que viven principalmente en las zonas montañosa fronterizas del oeste en la provincia es el Kurdistán y los árabes (4%) que son pescadores y agricultores. También hay otras minorías como son los baluchis, los nómadas, la minoría turcomana y los armenios y judíos.
La mayoría son musulmanes chiitas aunque antes de la conquista del país por los árabes en el 636 d.C. eran seguidores de Zoroastro.
Los iraníes son comunicativos, amables, bondadosos pero hay que saber comportarse según sus tradiciones y religión. Les gusta entrar en contacto con los extranjeros aunque muchas veces es difícil la comunicación debido al idioma; normalmente los jóvenes que estudian suelen hablar inglés.
La rama principal del Islam es la sunita (80%-85%) y después la chiíta (10-15%); se separaron cuando a la muerte del Profeta Mohamed (Mahoma) no estuvieron de acuerdo con la elección de Abu Bakr como sucesor de éste y eligieron a su yerno Ali.
La narración del martirio ha sido un componente esencial de la cultura Shia, que se remonta a la masacre en 680 del tercer imán, al-Ḥusayn ibn Alī, junto con su familia cercana y sus seguidores en la Batalla de Karbalā por las tropas del califa omeya, Yazīd, durante el intento fallido de Hussein de restaurar su línea familiar al poder político. Como minoría en la comunidad islámica, los Shias enfrentó mucha persecución y, según la doctrina Shiita, hubo muchos mártires a lo largo de los siglos debido a su creencia en el derecho de la línea de Alī a un gobierno político y liderazgo religioso. Cada año en el aniversario de la masacre, varios shias conmemora la tragedia de Karbalā durante la fiesta de “Āshūrā” a través del ta”ziyyah (juego de la pasión) y a través de rituales de autoflagelación con las manos desnudas y, a veces, con cadenas y espadas (actualmente dicha práctica ha sido prohibida por el gobierno iraní ya que la considera ajena al islam). Estos actos de duelo continúan a lo largo del año en la práctica del rawẕah khānī, un ritual de duelo en el que un narrador, el rawẕah khān, incita a los reunidos -que a menudo se reúnen en un lugar especial de duelo llamado khānī- a llorar por los relatos de la muerte de Hussein.
La conmemoración de Karbalā ha impregnado toda la cultura persa y se expresa en la poesía, la música y la solemne visión del mundo. Ninguna ceremonia religiosa está completa sin una referencia a Karbalā, y ningún mes pasa sin al menos un día de luto. Ninguno de los esfuerzos de la monarquía, como los festivales anuales de arte y el fomento de músicos y artesanías nativas, lograron cambiar esta actitud básica; las manifestaciones públicas de risa y alegría siguen siendo indeseables, incluso pecaminosas, en algunos círculos.
Pocos países disfrutan de una herencia cultural tan larga como Irán, y pocas personas son tan conscientes y expresan su profunda tradición cultural como los iraníes. Irán, o Persia, como entidad histórica, data de la época de los aqueménidas (hace unos 2.500 años) y, a pesar de los cambios políticos, religiosos e históricos, los iraníes mantienen una profunda conexión con su pasado. Aunque la vida cotidiana en el Irán moderno está estrechamente entretejida con el Islam, el arte, la literatura y la arquitectura del país son un recordatorio siempre presente de su profunda tradición nacional y de una cultura literaria más amplia que durante el período premoderno se extendió por todo el Oriente Medio y Asia meridional. Gran parte de la historia moderna de Irán puede atribuirse a la tensión esencial que existió entre la piedad promovida por el clero iraní y el legado cultural persa, en el que la religión desempeñó un papel subordinado -ofrecido por la monarquía pahlavi.
A pesar del predominio de la cultura persa, Irán sigue siendo un Estado multiétnico, y los armenios, los azerbaiyanos, los kurdos y las minorías étnicas más pequeñas del país tienen cada uno sus propias tradiciones literarias e históricas que se remontan a muchos siglos atrás, incluso -en el caso de los armenios- a la era precristiana. Estos grupos a menudo mantienen estrechas conexiones con la vida cultural más amplia de sus parientes fuera de Irán.
La vida cotidiana y las costumbres sociales:
Los iraníes celebran varias ocasiones festivas. Además de las dos Eids (en árabe: " festivos ") -practicadas tanto por Sunnies como por Shīas-, las vacaciones más importantes son Nōrūz, el Año Nuevo persa, y el cumpleaños del duodécimo imán, cuya segunda venida esperan los Shīas al final de los días. La celebración de Nōrūz comienza el último miércoles del año viejo, es seguida por un día festivo de una semana de duración, y continúa hasta el día 13 del año nuevo, festejándose como un picnic en el campo. En el cumpleaños del duodécimo imán, las ciudades brillan con luces, y los bazares están decorados y repletos de compradores.
La cocina persa, aunque fuertemente influenciada por las tradiciones culinarias del mundo árabe y el subcontinente, es en gran medida un producto de la geografía y los productos alimenticios nacionales de Irán. El arroz es un alimento básico en la dieta, y la carne -principalmente el cordero- el cual desempeña un papel en prácticamente todas las comidas. Las verduras son fundamentales en la dieta iraní, y las cebollas son un ingrediente de prácticamente todos los platos. El pastoreo ha sido por mucho tiempo una parte tradicional de la economía, y los productos lácteos -leche, queso y particularmente yogur- son ingredientes comunes en los platos persas. La cocina tradicional persa tiende a favorecer los sabores sutiles y las preparaciones relativamente sencillas como khūresh (guiso) y las brochetas. El azafrán es la especia más distintiva que se usa, pero muchos otros aromas -incluyendo limón, menta, cúrcuma y agua de rosa- son comunes, al igual que las granadas y las nueces.
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