Los desayunos están compuestos por un zumo a base de frutas, porridge, gachas, cereales, huevos fritos con bacon y salchichas, tostadas, pan marrón, mantequilla, mermelada y café o té.
El almuerzo es, por lo general, muy ligero seguido por el tradicional Hig Tea acompañado de Scones y Pastas. La cena es la comida más importante del día.
La reina de la cocina irlandesa es la patata. Asada, al horno, cocida y aliñada con perejil o acompañada con cebolletas.
El plato nacional es el Irish Stew que se prepara con carne de cordero, cabra o cabrito, cebollas, patatas, nabos, zanahorias y especias como perejil y pimienta. Este guisado se cuece lentamente y se deja reposar para ser recalentado, de nuevo, ya que sabe más sabroso. Resulta imprescindible comerlo acompañado del brown bread, pan moreno muy contundente.
El pescado es fundamental, salmón, trucha, langosta, gambas y ostras, preparados de mil maneras distintas.
Los quesos frescos son deliciosos, destacan el Milleens, St. Killian, Cashel Blue y el Ardraham.
Como postres se toman tartas de manzana, Crumbles de grosella, y el curioso Dulce de Algas.
La cerveza es la bebida por excelencia, Guiness es la marca nacional. También, whiskey y licores como el Baileys o el Irish Mist.