Kim II-sung promovió en gran medida las artes y la cultura tradicional coreana, y aunque sus razones hayan sido objeto de debate, por el desmesurado engrandecimiento de todo lo coreano, hay quien opina que la verdadera Corea está en el norte.
El budismo ha desempeñado un papel muy importante en el arte coreano. Las bellas obras artísticas y la arquitectura se encuentran en los templos y tumbas budistas. Los murales de las paredes de las antiguas tumbas son, principalmente de la Dinastía Choson.
No hace falta hacer mención al reconocimiento de la belleza artística de la cerámica coreana. La tradición y la técnica de la elaboración de las porcelanas ha sido transmitida de generación en generación.
La música tradicional coreana se interpreta con instrumentos típicos como el kayagum y komungo. El canto folclórico más popular es el pansori, una canción en la que se narra diferentes historias.