Los productos tradicionales de esta tierra son los utilizados para elaborar las recetas de la cocina local: caracoles, carnes a la brasa, aceite de oliva, vino, embutidos y fruta. El aceite y el vino son dos productos protegidos con denominaciones de origen: caldos de Denominación de Origen Costers del Segre y aceite de Denominación de Origen Les Garrigues. El caracol se puede cocinar de muchas maneras diferentes: a la "Llauna", en unas chapas metálicas y rociado con vinagreta o allioli; a la brutesca, a la gormanta o en "cassoles". Los platos de carne son muy solicitados durante el otoño y el invierno. La carne de cerdo es ingrediente indispensable en la elaboración de alguno de los mejores platos típicos, así como la del cordero y la ternera del Pirineo. Exquisiteces que se acompañan con frutos del bosque, como los níscalos, hongos, senderuelas o negrillas. Los platos de caza (perdices, gamo, ciervo, jabalí, liebre) son muy populares y también se degustan principalmente en la época invernal. Otras especialidades de la cocina regional son: la olla barrejada (cocido típico catalán), pato con peras, las cocas de recapte de escalibada (pimiento y berenjena asados) y los "panadons" (empanadillas grandes) de espinacas. La repostería de Lleida merece una especial mención. En cualquiera de las localidades de las comarcas de Lleida se elaboran confituras y conservas de fruta. Dichas confituras acompañan en numerosas ocasiones a todo tipo de platos típicos: ensaladas, carnes, pescados, etc. La pastelería de Lleida está basada principalmente en la utilización de frutas, lo que ha dado lugar a la celebración de las Semanas Gastronómicas de la Fruta. En el apartado de los dulces, destacar las magdalenas de melocotón y los granados, unos dulces típicos que se elaboran con almendra, clara de huevo y azúcar.
El horario de la mayoría de los restaurantes y establecimientos hosteleros es de 13:30 a 15:30 y de 21:30 a 23:00 horas.