En el siglo V a. de C. estas tierras eran ocupadas por una tribu ibera (los ilergetas) que le dio el nombre de Iltirta. La Ilerda romana pasó a manos de los visigodos sin pena ni gloria hasta que los musulmanes hicieron de Lareda un centro próspero gracias al regadío.
Después de la conquista cristiana en 1149, la ciudad fue prosperando a lo largo de la Edad Media gracias a la industria textil. Fue en el año 1150 cuando se otorga la Carta de Población a la ciudad. Dosciento cincuenta años más tarde se inauguró en la ciudad un centro de enseñanza superior de la Corona de Aragón. Durante el siglo XV la ciudad se pobló de edificios de interés como el Hospital de Santa Maria, que alberga en la actualidad la sede del Institiuto de Estudios Ilerdenses. El siglo XVI y XVII fueron épocas de guerras y epidemias por lo que Lleida sufrió graves daños poblacionales y urbanísticos. Con el Decreto de Nueva Planta (1714) Lleida perdió su régimen foral y La Seu Vella se cerró al culto y se convirtió en cuartel militar, sin embargo, la ciudad se enriquece urbanística y económicamente. Durante el siglo XVIII se construyen interesantes edifivios como la Catedral Nova. En el siglo XIX se inaugura en Lleida el ferrocarril y los jardines de los Camps Elisis. La ciudad sufrió importantes daños durante la Guerra Civil, pero supo reponerse del duro golpe y en la actualidad es una moderna ciudad con magníficas infraestructuras turísticas. El siglo XXI ha amanecido para la ciudad pródigo en iniciativas urbanísticas y equipamientos sociales. En este siglo se ha inugurado el Museo de la Automoción, el Centro de Arte Contemporáneo o el Centro de Negocios y Convenciones.