Es uno de los tesoros de León. Su gastronomía es igual de fuerte que sus tierras y su clima. Sus ricos productos de la huerta, como los artesanales, son exquisitos, siempre que se acompañen con vinos propios de allí. Sus platos tipícos están hechos a base de
legumbres y embutidos. Destacan los vinos bercianos, el cocido maragato, las migas con leche fría, los escabeches del Páramo, la liebre y truchas de la montaña de Riaño, así como los frutos de la tierra y del Mar Cantábrico, las patatas con congrio y almejas, carnes curadas, alubias estofadas... Y sin olvidar los sabrosos y tradicionales postres, borrachos, roscas ciegas y mantecadas.