La torre fue construida originalmente en 1519 en medio del Tajo para defender la desembocadura del río y el monasterio Jerónimo. El terremoto alteró el curso del río, y esta torre manuelina de cinco pisos se encuentra ahora junto a una playa. La Torre de Belém fue el punto de partida de muchos de los viajes de descubrimiento, y para los marineros fue la última vista de su patria, cuando zarpaban.
Es un monumento a la Edad del Descubrimiento de Portugal, que a menudo sirve como símbolo del país, y la Unesco lo ha declarado Patrimonio de la Humanidad.
El arquitecto Francisco de Arruda había trabajado anteriormente en fortificaciones portuguesas en Marruecos, por lo que también hay torres de vigilancia de estilo morisco y otras influencias moriscas. La estructura románico-gótica está adornada con logias de estilo veneciano y pequeñas cúpulas que recuerdan a como si uno estuviera en Marruecos. Saliendo de la torre, mirando hacia el mar hay una plataforma. En la planta baja se pueden ver las aberturas por las que se arrojaba a los presos a los fosas. Frente al río hay ventanas porticadas, delicadas logias de estilo veneciano y una estatua de Nuestra Señora de la Bienvenida Segura, un símbolo de protección para los marineros en sus viajes.
Dirección: Av. Brasilia, 1400-038 Lisboa, Portugal.
Teléfono: +351 21 362 0034
La torre abre al público de martes a domingo de 10:00 a 17:30 horas.
Los días lunes está cerrado.